Piensa, Prensa y Pega.

25 de abril de 2012

Reflexiones y Precisiones


Como siempre ha sucedido en el estado de Chiapas, el gobernador en turno es el gran elector. Ahora es el tiempo de Juan José Sabines Guerrero, y según lo que dejan ver, ya tienen todo escogido y dispuesto para el próximo proceso electoral federal, estatal y municipal. Nada se ha movido en la entidad que no conozca o disponga el Ejecutivo Estatal. Se confirma otra vez: en Chiapas la democracia no existe y la tendencia cada vez mayor es que, el gobernador en funciones, se comporte más antidemocrático, más avasallador, más sinvergüenza y que, cada vez más, le importa menos cuidar las formas, guardar las distancias, humillar menos, disimular sus prepotencias y su creencia enfermiza de que logrará ser inmortal.

Más de lo que ellos y nosotros nos imaginamos, ayudan nada y perjudican demasiado las prácticas antidemocráticas de los gobernantes, al obstaculizar y no permitir que sean los ciudadanos quienes elijan a sus representantes populares, los que deberían obligarse a construir las condiciones materiales y humanas para que la sociedad chiapaneca, por fin, vea desterrados los enormes flagelos sociales que tienen como origen la pobreza, la ignorancia, la marginación, el aprovechamiento irracional de los recursos naturales, los saqueos de los recursos públicos y las irresponsabilidades oficiales institucionalizadas, entre otros elementos sociales y comportamientos gubernamentales.

Al día de hoy, según lo que se puede observar, ya el gobernador Sabines, sólo él, ha resuelto lo que es un derecho y obligación del pueblo de Chiapas: ha colocado a su candidato para “competir” y “ganar” el cargo de gobernador; ha armado el tinglado humano de lo que será el grupo de los próximos diputados locales que habrán de dar forma al “nuevo” Congreso del Estado, y ya ha dispuesto todos los hilos y amarres para que los próximos senadores y diputados federales sean los suyos, mayor y únicamente obedezcan a él –por ahora-, con independencia del partido político al que pertenezcan.

De igual manera, la configuración de los próximos 122 ayuntamientos de Chiapas, en sus definiciones de mayor importancia, a estas alturas del proceso electoral, indudablemente, ya pasaron por las manos del gobernador Sabines o de sus más íntimos que hablan y se conducen en nombre del “Señor Gobernador”. Así las cosas en Chiapas. Se puede afirmar categóricamente que desde antes de las elecciones ya se pueden adelantar los rasgos más importantes que tendrán las votaciones del próximo 1 de julio. ¿Quiénes participarán para “ganar”, y los que van para perder? Otra vez, igual que como sucedió con el ex gobernador Pablo Salazar Mendiguchía, ahora “triunfarán” los candidatos del gobernador Juan José Sabines Guerrero, como siempre, ganará el gobernador en funciones y volverán a perder los chiapanecos.

Ya con todo previsto, dispuesto y organizado por parte del gobernador Sabines, seguramente ha de sentir que ya no tiene nada de qué preocuparse en lo futuro y que debido a todas las decisiones e inversiones que ha emitido u ordenado, están garantizadas las suficientes condiciones, de todo tipo, para que él pueda continuar disponiendo y cosechando en lo político y lo económico, igual o mejor que como en su momento lo concibió y operó Pablo Salazar, pero que más allá de lo inmediato, al final, el resultado le fue adverso. Todos terminaron traicionándolo, incluido su sucesor que hoy lo tiene en la cárcel.

En Chiapas, las condiciones en que ejerce el poder un gobernador siempre terminan extraviándolo y ocasionando daños sociales, porque su ejercicio se da sin limitaciones y con abusos de toda índole; porque no existen, verdaderamente, los otros poderes que deberían de hacerle contrapeso institucional: para detener sus excesos, para frenar sus ambiciones insanas, para regular los “mareos” frecuentes en un gobernador chiapaneco, para “hacerle tierra” y obligarlo a que no despegue los pies del suelo, y para someterlo a que únicamente se ocupe de sus obligaciones constitucionales, prioritariamente, la construcción del bienestar social de los ciudadanos; con acompañamiento de ellos, escuchándolos, no atropellándolos; estimulando la propuesta y el compromiso social, valorando y resolviendo las denuncias, no criminalizándolas.

Parece ser que Sabines Guerrero no da cabida o ha olvidado eso de que “la confianza mata al hombre…y a las mujeres”. Por las burdas evidencias, se nota demasiado que le está apostando todo a “El Güero” Velasco, como si a Velasco Coello lo considerara alguien maduro y confiable, como si “El Güero” Velasco realmente tuviera los atributos necesarios para poder gobernar y decidir los próximos 6 años. Sabines Guerrero pareciera no darse cuenta y sus “asesores” no le hacen ver que, debido a la frágil formación académica, inexperiencia administrativa e inmadurez política de “El Güero”, Sabines estaría más que nunca en grave riesgo.

Si Velasco Coello fuera el gobernador, tiene todas las características para que el verdadero poder lo ejerzan sus parientes y amigos, cómodos e incómodos; como siempre, fuereños serían los que manejarían la administración pública, y extraños a Chiapas los que conducirían la política estatal. Como quiera que sea, por ambición, ignorancia, torpeza política o sentimientos reprimidos, “El Güero”, tarde o temprano, terminaría traicionando a Juan José Sabines Guerrero. Hace 6 años, cuando Pablo Salazar, como loco, gritaba “¡Que venga el futuro!”, el que escribe esta “Reflexiones y Precisiones” anotó: “a quien el gobernador Pablo Salazar imponga como su sucesor, temprano o tarde, lo traicionará y se volverá su peor enemigo”. Ahora, el que esto escribe, afirma lo mismo y le agrega: le irá mal a Juan José Sabines Guerrero y nuevamente a los chiapanecos.

No hay comentarios: