En
estos momentos, la mayoría de quienes escriben y comentan en los
medios de comunicación de este país, de alguna forma están
entretenidos, en el plano nacional, con lo que sucedió o puede venir
con Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador. En el estado
de Chiapas, los comunicadores y particularmente los “analistas y
comentaristas” oficiales, continúan trabados en el pasado,
enganchados al ahora gobernador electo, Manuel Velasco Coello. Como
por inercia, los oficiosos oficialistas siguen en el trabajo de
engañar o confundir, de perfumar y vestir al “Güero”, cuando él
ya no necesita de todo eso, ya logró su objetivo y puede empalagarlo
aquello de: parecer bonito, llenito, alto y atractivo, todo induce
hacia una misma mentira, la de que es el mejor perfil profesional y
personal para gobernar Chiapas. En el municipio de San Cristóbal de
Las Casas, el asunto está peor, en los medios de comunicación ni
para bien ni para mal se dice algo importante sobre el “ganador”
y próximo presidente municipal, Francisco Martínez Pedrero, como si
se hubiera tratado de una cuestión de algún enfermo, muerto y
sepultado.
Hasta
donde se puede ver, en la república mexicana ya todo está calculado
y definido, y no pasará nada novedoso y extraño. El PRI regresará
a ejercer el poder desde palacio nacional y los otros partidos
políticos, encabezados por sus líderes formales y morales, ya sólo
se encuentran desarrollando acciones para ponerse “el mejor
precio”; se movilizan, presionan, se jalonean, regatean,
implementan rounds de sombra y jugadas de pared, para intentar no
quedar muy lejos de la mesa donde habrán de servirse los mejores
platillos, vinos y postres sexenales. El comedor donde se tomarán
las decisiones de mayor importancia económica y política de este
país, el espacio privilegiado desde donde se premiará o castigará
a los agentes económicos o actores políticos de esta nación, que
parece, por ahora y en definitiva, condenada a más de lo mismo y a
mayores sufrimientos, sólo que con colores diferentes y apellidos
distintos.
Mientras
los de siempre acuerdan y se acomodan para el ejercicio y disfrute de
la política y la economía de este país, por otros 6 años, los
problemas de los mexicanos continúan su marcha ascendente, nadie se
ocupa seriamente de atenderlos, atajarlos y revertirlos, y la
inconformidad social crece, se profundiza, se agrupa, amaciza y
amenaza con desbordarse en cualquier momento, en las ciudades y en el
campo mexicano. Hoy, el desempleo pareciera ser el único patrimonio
seguro para los miles de jóvenes que periódicamente egresan de las
universidades, con licenciaturas y posgrados; hoy en cualquier centro
de salud u hospital que se acuda, habremos de encontrar que abundan
los enfermos de todas las edades y enfermedades, y escasea la buena
atención médica, la que no se limita a explicar de qué puede uno
morirse, sino que diagnostique y cure, que explore, explique y
proporcione los medicamentos.
De
la misma manera, hoy, si nos acercamos a oficinas de “Procuración”,
“Administración” e “Impartición de Justicia” de cualquier
tipo, rápido nos encontramos con variados y dolorosos casos de
Procuración, Administración e Impartición de Injusticias;
ahí la única norma que se promueve e impone es la ley de la
oferta y la demanda de dinero y de favores. Hoy, son miles y
miles de niños, jóvenes y adultos, a los que el Estado mexicano no
les cumple una educación suficiente, de calidad y gratuita,
científica y crítica. Hoy, por todo México campea y castiga la
inseguridad, la violencia y el crimen organizado, casi siempre y de
alguna forma con la complicidad de las autoridades, entre muchos
otros problemas sociales, mientras los políticos y empresarios se
entretienen y ocupan en acordar cómo le entrarán los siguientes 6
años al ejercicio y explotación de la política pervertida, en
descomposición; el quehacer putrefacto que está muy lejos de
producir el bienestar social que se necesita y urge a millones de
ciudadanos y que, desde hace mucho, lo que más produce son pobres,
enfermos, hambrientos, ignorantes, injusticias, delincuentes y
frustrados.
En
el país, desde el municipio de San Cristóbal de Las Casas, desde
Chiapas y por todo México, se observa, se sabe y se siente que
nace, que vive y reproduce, peligrosamente , una verdadera crisis
social y política con raíces muy profundas y complejas en la
economía y la política, reflejada con puntualidad y nitidez en el
“bienestar social” que llega, se desarrolla, amenaza, somete y
flagela a individuos, familias, comunidades, municipios, estados y a
la nación entera. Descomposición y daños al tejido social, a la
vida de los mexicanos, difícil de calcular cuánto de lo peor
todavía está por venir; difícil de estimar cuánto más podrán
aguantar los hombres y mujeres de esta gran nación, rica en recursos
naturales, humanos y materiales, pero enormemente miserable en el
comportamiento y compromiso social de sus autoridades, las que
“atienden” desde los ayuntamientos y poderes Ejecutivo,
Legislativo y Judicial, de las entidades federativas y de la
República Mexicana.
Mientras
la problemática social, económica y política se agrava por todo el
país y los gobiernos municipales, de los estados y federal,
permanecen inmóviles, improvisando, deambulando o caminando en
claro sentido contrario a los intereses de la sociedad, una “nueva”
camada de políticos y “administradores” ya afilan dientes y uñas
para entrarle al relevo de las autoridades actuales, quienes en el
nivel de responsabilidad que les ha correspondido, entregarán un
desastre muy bien logrado en los municipios del estado de Chiapas y
en México. Los gobiernos de ahora, como muchos otros, también y tal
vez más, pasarán a la historia como irresponsables sociales,
insensibles, ineptos, de abusos, de soberbias, de torpezas y de
deshonestidades, cuando menos.
Por
mucho y bien que se amarren los acuerdos y las complicidades, a
Felipe de Jesús Calderón Hinojosa no le esperan tiempos de
tranquilidad, reposo y repasos placenteros, ya se le verá en apuros
y aprietos. Al gobernador Juan José Sabines Guerrero puede irle peor
o igual que a Pablo Salazar Mendiguchía, hoy recluido en el penal
“El Amate”; lo perseguirán pronto y siempre, los poderosos
intereses y actores políticos del estado y nacionales que él
sometió y vejó; no lo dejarán en paz los fracasos y probables
corrupciones que ya le asoman a sus “programas de vestir” y el
escandaloso endeudamiento económico, público y privado que contrajo
durante su administración; y por si algo faltara para sostener
bien todo, debido a cuestiones de formación, madurez, experiencia e
influencias de su círculo más cercano, al “Güero” Velasco muy
pronto se le antojará cobrarse los desplantes y humillaciones que
padeció en público y privado, por parte de “Don Juan”. De la
presidenta municipal de San Cristóbal, Cecilia Flores Pérez, sólo
debe decirse que, en tanto que ella y su partido, el PRD, perdieron
la presidencia municipal, la diputación local, la diputación
federal y debido a que hizo una pésima y muy criticable
administración y gobierno, que falló y se confrontó con casi
todos, es de imaginarse que le esperan momentos muy difíciles donde
un centro penitenciario pudiera estar muy cerca, la tranquilidad
lejos y el buen futuro político, enterrado.
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