Piensa, Prensa y Pega.

25 de julio de 2012

Reflexiones y Precisiones


En estos momentos, la mayoría de quienes escriben y comentan en los medios de comunicación de este país, de alguna forma están entretenidos, en el plano nacional, con lo que sucedió o puede venir con Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador. En el estado de Chiapas, los comunicadores y particularmente los “analistas y comentaristas” oficiales, continúan trabados en el pasado, enganchados al ahora gobernador electo, Manuel Velasco Coello. Como por inercia, los oficiosos oficialistas siguen en el trabajo de engañar o confundir, de perfumar y vestir al “Güero”, cuando él ya no necesita de todo eso, ya logró su objetivo y puede empalagarlo aquello de: parecer bonito, llenito, alto y atractivo, todo induce hacia una misma mentira, la de que es el mejor perfil profesional y personal para gobernar Chiapas. En el municipio de San Cristóbal de Las Casas, el asunto está peor, en los medios de comunicación ni para bien ni para mal se dice algo importante sobre el “ganador” y próximo presidente municipal, Francisco Martínez Pedrero, como si se hubiera tratado de una cuestión de algún enfermo, muerto y sepultado.

Hasta donde se puede ver, en la república mexicana ya todo está calculado y definido, y no pasará nada novedoso y extraño. El PRI regresará a ejercer el poder desde palacio nacional y los otros partidos políticos, encabezados por sus líderes formales y morales, ya sólo se encuentran desarrollando acciones para ponerse “el mejor precio”; se movilizan, presionan, se jalonean, regatean, implementan rounds de sombra y jugadas de pared, para intentar no quedar muy lejos de la mesa donde habrán de servirse los mejores platillos, vinos y postres sexenales. El comedor donde se tomarán las decisiones de mayor importancia económica y política de este país, el espacio privilegiado desde donde se premiará o castigará a los agentes económicos o actores políticos de esta nación, que parece, por ahora y en definitiva, condenada a más de lo mismo y a mayores sufrimientos, sólo que con colores diferentes y apellidos distintos.

Mientras los de siempre acuerdan y se acomodan para el ejercicio y disfrute de la política y la economía de este país, por otros 6 años, los problemas de los mexicanos continúan su marcha ascendente, nadie se ocupa seriamente de atenderlos, atajarlos y revertirlos, y la inconformidad social crece, se profundiza, se agrupa, amaciza y amenaza con desbordarse en cualquier momento, en las ciudades y en el campo mexicano. Hoy, el desempleo pareciera ser el único patrimonio seguro para los miles de jóvenes que periódicamente egresan de las universidades, con licenciaturas y posgrados; hoy en cualquier centro de salud u hospital que se acuda, habremos de encontrar que abundan los enfermos de todas las edades y enfermedades, y escasea la buena atención médica, la que no se limita a explicar de qué puede uno morirse, sino que diagnostique y cure, que explore, explique y proporcione los medicamentos.

De la misma manera, hoy, si nos acercamos a oficinas de “Procuración”, “Administración” e “Impartición de Justicia” de cualquier tipo, rápido nos encontramos con variados y dolorosos casos de Procuración, Administración e Impartición de Injusticias; ahí la única norma que se promueve e impone es la ley de la oferta y la demanda de dinero y de favores. Hoy, son miles y miles de niños, jóvenes y adultos, a los que el Estado mexicano no les cumple una educación suficiente, de calidad y gratuita, científica y crítica. Hoy, por todo México campea y castiga la inseguridad, la violencia y el crimen organizado, casi siempre y de alguna forma con la complicidad de las autoridades, entre muchos otros problemas sociales, mientras los políticos y empresarios se entretienen y ocupan en acordar cómo le entrarán los siguientes 6 años al ejercicio y explotación de la política pervertida, en descomposición; el quehacer putrefacto que está muy lejos de producir el bienestar social que se necesita y urge a millones de ciudadanos y que, desde hace mucho, lo que más produce son pobres, enfermos, hambrientos, ignorantes, injusticias, delincuentes y frustrados.

En el país, desde el municipio de San Cristóbal de Las Casas, desde Chiapas y por todo México, se observa, se sabe y se siente que nace, que vive y reproduce, peligrosamente , una verdadera crisis social y política con raíces muy profundas y complejas en la economía y la política, reflejada con puntualidad y nitidez en el “bienestar social” que llega, se desarrolla, amenaza, somete y flagela a individuos, familias, comunidades, municipios, estados y a la nación entera. Descomposición y daños al tejido social, a la vida de los mexicanos, difícil de calcular cuánto de lo peor todavía está por venir; difícil de estimar cuánto más podrán aguantar los hombres y mujeres de esta gran nación, rica en recursos naturales, humanos y materiales, pero enormemente miserable en el comportamiento y compromiso social de sus autoridades, las que “atienden” desde los ayuntamientos y poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, de las entidades federativas y de la República Mexicana.

Mientras la problemática social, económica y política se agrava por todo el país y los gobiernos municipales, de los estados y federal, permanecen inmóviles, improvisando, deambulando o caminando en claro sentido contrario a los intereses de la sociedad, una “nueva” camada de políticos y “administradores” ya afilan dientes y uñas para entrarle al relevo de las autoridades actuales, quienes en el nivel de responsabilidad que les ha correspondido, entregarán un desastre muy bien logrado en los municipios del estado de Chiapas y en México. Los gobiernos de ahora, como muchos otros, también y tal vez más, pasarán a la historia como irresponsables sociales, insensibles, ineptos, de abusos, de soberbias, de torpezas y de deshonestidades, cuando menos.

Por mucho y bien que se amarren los acuerdos y las complicidades, a Felipe de Jesús Calderón Hinojosa no le esperan tiempos de tranquilidad, reposo y repasos placenteros, ya se le verá en apuros y aprietos. Al gobernador Juan José Sabines Guerrero puede irle peor o igual que a Pablo Salazar Mendiguchía, hoy recluido en el penal “El Amate”; lo perseguirán pronto y siempre, los poderosos intereses y actores políticos del estado y nacionales que él sometió y vejó; no lo dejarán en paz los fracasos y probables corrupciones que ya le asoman a sus “programas de vestir” y el escandaloso endeudamiento económico, público y privado que contrajo durante su administración; y por si algo faltara para sostener bien todo, debido a cuestiones de formación, madurez, experiencia e influencias de su círculo más cercano, al “Güero” Velasco muy pronto se le antojará cobrarse los desplantes y humillaciones que padeció en público y privado, por parte de “Don Juan”. De la presidenta municipal de San Cristóbal, Cecilia Flores Pérez, sólo debe decirse que, en tanto que ella y su partido, el PRD, perdieron la presidencia municipal, la diputación local, la diputación federal y debido a que hizo una pésima y muy criticable administración y gobierno, que falló y se confrontó con casi todos, es de imaginarse que le esperan momentos muy difíciles donde un centro penitenciario pudiera estar muy cerca, la tranquilidad lejos y el buen futuro político, enterrado.

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