Piensa, Prensa y Pega.

17 de octubre de 2012

Reflexiones y Precisiones




Cuando se escuchan las promesas de un político, quisiera uno creerle de que ahora sí habla en serio y que trabajará en beneficio de la sociedad. Cuando escuchamos a los candidatos a cargos de “elección popular” ofrecer a los ciudadanos, gobiernos honrados, transparentes, sensibles a la problemática común y responsables socialmente, desea uno creerles porque la realidad para los hombres y mujeres de este país, diariamente la vemos o escuchamos empeorar. Cotidianamente, la inseguridad en todas sus formas es más preocupante; las condiciones en el empleo, desempleo y subempleo de los mexicanos, castiga  y amenaza a millones de jóvenes y adultos, y cada día se emiten señales inequívocas de que la situación empeorará; el sistema de salud pública y los servicios que se ofrecen a los ciudadanos de este país, más se dan como limosna, antes que como una obligación del Estado mexicano; la educación  que se imparte no es para mantener despiertos, propositivos y en las mejores formas participativas a los mexicanos; y por si hiciera falta, la democracia real, necesaria para estimular, guiar, corresponsabilizar y desarrollar, equilibrada y sustentablemente a la sociedad mexicana, los políticos la han transformado en una grosera caricatura  que día a día la prostituyen más. Por todo lo anterior y más, cuando un político promete en campaña o en funciones, desea uno creerle  porque la sociedad ya está en sus límites de aguante y tolerancia, porque estallidos sociales mayores podrían estar a la vuelta de la esquina y porque en  una revuelta social a nadie le irá bien.

¿Porqué estas afirmaciones y razonamientos de introducción? Porque la autoridad inmediata al pueblo de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas,  el nuevo Ayuntamiento, el que en campaña política ofertó honestidad, transparencia, responsabilidad y predisposición a escuchar y aprender, ya presenta evidencias irrefutables de que está iniciando de la peor manera: pisoteando leyes y reglamentos, olvidando la buena ética y moral que debería prevalecer en ellos y ellas; con mañas, fingiendo, jugando, operando en lo oscurito, trabajando en función de un partido político (PRI) y no de la sociedad, operando aisladamente y no en equipo, dividiendo y no integrando a todo el Cabildo, aunque simulen lo contrario, y de nueva cuenta, como anteriores autoridades, maniobrando para aprovecharse del cargo, para apropiarse de los recursos públicos que tengan a su alcance y para resolver sus necesidades de más dinero y no las urgencias y padecimientos de los habitantes de este municipio. El nuevo Ayuntamiento coleto ya empieza a oler mal y es necesario puntualizar algunos ejemplos, de más a menos, para ver si ellos, ellas y los ciudadanos reaccionan a tiempo y enérgicamente.

Sobre “Las Comisiones”. La Ley Orgánica Municipal establece que un Ayuntamiento debe organizarse en Comisiones, para asumir responsablemente sus obligaciones constitucionales, y que éstas deben nombrarse en la  primera sesión del Cabildo. En el municipio de San Cristóbal de Las Casas, debió haberse realizado el 2 de octubre y se constituyó hasta el 9 del mismo mes. Los priistas se apropiaron  de “Las Comisiones” más importantes  -desde la óptica que dan más poder y dinero, o ambos-, y dejaron a los otros partidos políticos “Las Comisiones” menos atractivas o las que podrían dar más trabajo, dolores de cabeza, causar mayores desgastes o desprestigio al partido que corresponda. Con la constitución formal de “Las Comisiones”, ya se dejó bien claro quiénes serán las personas más importantes en el manejo y usufructo del poder municipal; a quiénes sólo se les incluyó como relleno; quiénes solamente van porque garantizan docilidad; a quiénes les buscaron lo suyo para distraerlos, desgastarlos o mantenerlos entretenidos; y ya quedó claro a quiénes agarrarán de sus tontitos y tontitas, para aparentar pluralidad, trabajo en equipo, democracia, diálogo y consensos, aunque todo sea una burda farsa. Los priistas se sirvieron pura maciza y aventaron a los otros toda la menudencia; unos, a la acumulación de poder y dinero,  al disfrute, y los otros, al manoseo,  desgaste y potencial desprestigio.  No son tontos, no les escasea la perversidad y además, lo léperos se les da  fácil y con naturalidad.

El sujeto con mayor poder dentro del Ayuntamiento coleto ya es Roberto A. Morales Ortega. Basado en la integración, funciones y derechos, en y desde “Las Comisiones”, no será el presidente municipal Francisco Martínez Pedrero, el primero, como debe ser, quedará en segundo lugar. El de más poder será el Síndico, Roberto A. Morales Ortega, el primo hermano del anterior síndico, Carlos Morales Vázquez. Mientras Francisco Martínez Pedrero solamente preside la Comisión de Gobernación, Roberto Morales Ortega encabeza “Las Comisiones” de Hacienda, la de Importaciones y Donaciones, y la de Contratación de Obras, Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios. Además forma parte y en lugar privilegiado, de “Las Comisiones” de Gobernación y la de Obras Públicas, Planificación y Desarrollo Urbano. Por si faltara, no hay que olvidar que es el Síndico, y que de acuerdo a sus obligaciones y derechos, por la naturaleza de sus funciones, está facultado para inmiscuirse en cualquier renglón de la Administración Pública. Quién sabe si el presidente, Francisco Martínez Pedrero, estuvo de acuerdo en darle tanto poder a Morales Ortega o el Síndico se comió al Alcalde. Ya habrá tiempo y oportunidad para despejar correctamente las dudas. Como sea, nada bueno augura el que todo esté en manos de alguien como Morales Ortega, de tan negros y malolientes antecedentes en su paso como Funcionario del Municipio, el Estado y la Federación. 

Al Regidor que volvieron más poderoso, a quien ya le previeron, formalmente, mayor margen de maniobra es a Marco Antonio Santiago Sánchez -a ver si lo entiende y le cumple a su padrino Sergio Lobato, está difícil-, quien presidirá la Comisión de Industria, Comercio, Turismo y Artesanías, y también formará parte de 7 Comisiones más: Gobernación; Desarrollo Socioeconómico y Eventos Especiales; Mercados y Centros de Abasto; Salubridad y Asistencia Social; Ecología y Medio Ambiente; Participación Ciudadana; e Importaciones y Donaciones al Ayuntamiento. Como si  Santiago Sánchez  tuviera 8 cerebros de los buenos,  16 ojos, 16 oídos, 16 manos, 16 pies, días de 96 horas y como si a Santiago Sánchez no se le conocieran públicamente sus capacidades, limitaciones y debilidades. Tanto poder en manos de Santiago Sánchez  es un absurdo, una irresponsabilidad mayúscula y el culpable es el Ayuntamiento coleto, que por unanimidad votó porque así fuera, igual como lo hicieron con Roberto Morales Ortega. Estos dos servidores públicos no solamente se extraviarán más, sino que además, enloquecerán, y nadie extraviado o loco está en condiciones emocionales para poder hacer algo bueno por la sociedad.

La Regidora que por “Las Comisiones” asignadas y la importancia  de sus funciones es ya la mujer más poderosa en el Ayuntamiento coleto, se llama Adriana Guillén Hernández, quien presidirá “Las Comisiones” de Seguridad Pública y Agua Potable y Alcantarillado, además de integrar las de Hacienda y Contratación de Obras, Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios. El resto del poder y mando municipal se distribuyó casi equitativamente entre los demás priistas que formaron parte de la planilla de Francisco Martínez Pedrero. Por lo que hace a los regidores y regidoras, que como plurinominales fueron integrados al Ayuntamiento coleto, da la impresión de que los colocaron solamente, en razón a su color de piel, estatura, medidas corporales y siempre anteponiendo una gran preocupación: mantenerlos lo más lejos posible de donde verdaderamente se ejercerá el poder político y económico; colocarlos donde no puedan darse cuenta cómo se traficará con el poder público y cómo y con quiénes se harán los negocios. Los priistas, como siempre, irán a lo suyo: a proyectarse políticamente y a lo que les permita el dinero ajeno, pero no son tontos, cuidarán que los otros también agarren sus centavitos, para que se distraigan, para que prueben aunque sean desperdicios, para que incurran en complicidad y para que se obliguen a guardar silencio. Los priistas comiéndose la maciza, mientras  los regidores y regidoras plurinominales, a consumir  cabezas, patas y vísceras.

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