Por lo sucedido en los últimos días de gestión del ex gobernador Juan José Sabines Guerrero, los anteriores miembros del Congreso del Estado de Chiapas, quedaron como sumisos, bandidos y cómplices. Pero lo que es peor, los actuales diputados y diputadas quedaron como cobardes: reclamaron abusos, cuando ya se estaban vistiendo; gritaron, cuando ya habían sido mancillados; se opusieron, cuando ya habían sido ultrajados públicamente; e intentaron aparecer como dignos, cuando aún se les veía sangre en la panza y las rodillas, de cuando se habían arrastrado, de cuando se habían hincado.
EL PELLIZCO:
Manuel Velasco Coello, gobernador de Chiapas, sus peores enemigos bien podrían ser los que ya empezaron a decir, por adelantado, que con Ud. todo será “unidad, honradez, democracia, desarrollo y pluralidad”. Los (as) que ya dicen que llegó el cambio: “que ahora, nada de nepotismo, persecuciones, corrupción, centralismo, autoritarismo y opacidad en el quehacer público”; quienes le expresan todo esto, como si Ud. lo ordenara en estos términos y como si ya tuvieran la autorización de luego enviar la factura.
“Cambian de hombre como de camisa”: ahora en la toma de posesión de Manuel Velasco Coello, los políticos y empresarios que ante Juan Sabines Guerrero se presentaban con camisas que parecían traer tirantes incluidos, ya no se las pusieron.
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