Piensa, Prensa y Pega.

13 de diciembre de 2012

Reflexiones y Precisiones



En 48 horas más, se cumplirán ocho días de que tomara posesión como gobernador del estado de Chiapas, Manuel Velasco Coello, “El Güero”. Por un lado, terminó la gran borrachera en el ejercicio del poder practicada por Juan José Sabines Guerrero, y por el otro, ahora estamos ante el riesgo verdadero de que se inicie un período prolongado de puras declaraciones espectaculares y celebraciones a destiempo. Vitorear  los anuncios del nuevo gobernador como si ya fueran resultados. El  agujero profundo para enterrar, si bien le va, al ex gobernador Juan José Sabines Guerrero, se empezó  a cavar desde meses antes de que concluyera su gestión. Quienes durante varios años, a Sabines Guerrero, le dijeron que olía bien, ahora le empezaron a decir abiertamente, que emitía olores fétidos; aquellos que por años lo magnificaron y le aplaudieron lo que hacía, lo empezaron a desvestir para dejar a la vista de todos, sus engaños; sus principales aliados políticos, económicos y hasta religiosos, lo abandonaron como si se tratara de un cadáver al que urge sepultarlo. El gobernador Manuel Velasco Coello, por su bien y el de los chiapanecos, está obligado a identificar a todos estos actores cómplices, convenencieros e hipócritas,   y aprender de estos hechos, en extremo,  aleccionadores.

El gobernador Manuel Velasco Coello, para que esté en condiciones de poder “cumplir y hacer cumplir” lo que protestó formalmente desde el primer día de su gobierno, debe contar con el apoyo franco, capaz, desinteresado  y decidido de los chiapanecos. ¡HAY QUE AYUDAR AL “GÜERO”!, y desde este espacio se le ofrece apoyo, como siempre se ha hecho con anteriores gobiernos, sin variar la línea y corriendo los riesgos que sean necesarios: se le hablará con la verdad, aunque le duela, es por su bien; se le hará ver lo que otros le oculten o disfracen; no se le tratará con esos cariños que llevan factura incluida;  nunca se le adulará, porque le puede hacer daño; se le mostrará  la realidad crudamente, sin cocción previa; se le acercarán los hechos, al natural, sin saborizantes o colorantes; no debe esperar a que se le celebre algo, ya otros lo harán excesivamente; aquí, siempre se estará al pendiente de lo que diga, de lo que haga, de su congruencia y de sus resultados. Seremos sus más puntuales críticos. Y lo mejor para el Gobernador, toda esta ayuda le costará nada, será gratuita, como se acostumbra desde  este espacio. INFORMADO.

El gobernador Manuel Velasco Coello está obligado a observar y aprender del pasado inmediato; de Pablo Salazar Mendiguchía y de Juan José Sabines Guerrero. Él conoció y vivió todo de cerca y muy bien: sabe  cómo inició, de qué manera se desempeñó, cómo era tratado, cómo concluyó y hasta dónde fue a parar el ex gobernador Pablo Salazar Mendiguchía. También conoce cómo empezó,  de quiénes se rodeó,  de qué forma trabajó, cómo le gustaba que lo engañaran y engañarse, cómo se le veneraba, quiénes lo alababan y las condiciones en que finalizó y pudiera, todavía, empeorar el futuro personal del ex gobernador Juan José Sabines Guerrero. Es basto y rico el material político y administrativo, decepcionante y repudiable, de los últimos 12 años,  que está a la mano de “El Güero” Velasco; tiene la oportunidad de “aprender en cuero ajeno” y gratis, de no cometer los mismos errores o incurrir en peores, de ser congruente con todo lo que ofreció durante sus 12 años de campaña política para llegar a la gubernatura del estado, y está obligado a cuidar la imagen y el legado de su abuelo, el ex gobernador Manuel Velasco Suárez.

Con los antecedentes políticos y administrativos, públicos, ya conocidos, de Pablo Salazar y Juan Sabines, y con los seis días que lleva como gobernador Manuel Velasco Coello, ya tiene material suficiente para comprender quiénes podrían ser, desde ahora, sus peores enemigos. Los peores enemigos de Velasco Coello son ya aquellos que se le acercan sólo para hacer negocios a la sombra de su gobierno; los peores enemigos de Velasco Coello son quienes ya empezaron a tratarle como si fuera un mesías chiapaneco; los peores enemigos de Velasco Coello son aquellos que ya pensaron o piensan en cómo administrarle su relación con los ciudadanos comunes   y de qué forma hacer  que él se dedique más a los de arriba; los peores enemigos de Velasco Coello bien pueden ser los familiares o amigos incómodos, que malentiendan y utilicen, indebidamente, su nombre;   los peores enemigos de Velasco Coello son aquellos que ya empezaron a trabajarle su ego, a adularle, a hacerle sentir Dios, inmortal, omnipotente y omnipresente.

Los peores enemigos de Velasco Coello bien pueden  ser aquellos y aquellas que ya lo cercan, aíslan y buscan cómo administrarle su tiempo y relaciones, y que terminarán por volverlo ciego, sordo e insensible ante las miserias, abandonos, atropellos, saqueos,  impunidades e injusticias sociales  que en Chiapas se dan y reproducen desde hace décadas, como la mala hierba; los peores enemigos de Velasco Coello ya andan cerca de él, son aquellos y aquellas que en otros tiempos rodearon, alabaron y se aprovecharon de Pablo Salazar y Juan Sabines, los (as) que utilizaron a uno o ambos, esos y esas que hoy, desesperadamente, buscan cómo untársele al nuevo gobernador, cómo engancharlo y cómo cosecharlo; los peores enemigos de Velasco Coello son todos (as) aquellos (as) que ya lo sorprendieron con falsas habilidades y conocimientos sobre la realidad chiapaneca, y que le han ofrecido “el mejor de sus esfuerzos” para desarrollar, tranquilizar y construir un Chiapas próspero para todos, con “una paz fundada en la igualdad, justicia, democracia, desarrollo y verdadera solidaridad social”, pero que le mienten; los peores enemigos de Velasco Coello ya andan con él: son los que ya le manipulan la vista, los oídos, la boca, el tacto, sus sentimientos y luego irán por el poder para aprovecharse de lo político y lo económico, hasta donde puedan y como están acostumbrados.

Manuel Velasco Coello no la tiene nada sencillo y la situación chiapaneca podría complicársele aún más. Como gobernador, ya está sometido a serias dificultades; ya padece  aprietos políticos, económicos y sociales: el legado de sus antecesores constituye muy bien una desgracia estatal, por donde se le vea. La desconfianza, decepciones e incredulidad hacia las instituciones del gobierno, es mayúscula; capacidad económica para dar respuesta oportuna a sus ofrecimientos, por ahora, no la tiene; las presiones severas para que comparta el poder con los poderes fácticos, las iniciaron desde antes de que tomara posesión del cargo y se volverán una constante; los actores políticos y económicos de Chiapas y del país, en todo momento, tratarán de aprovecharse de su edad, de su inexperiencia en administración pública y de la bisoñez o debilidades de quienes le acompañen en la responsabilidad de practicar una administración pública honesta y  HACER BUEN GOBIERNO. El gobernador no la tiene fácil y sus peores enemigos, unos  ya se mueven con él, y otros ya lo acosan.

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