Sin duda, la comida del día en el país por varias semanas, es y será el cambio del gobierno federal. Como ya
en este espacio se anotó con oportunidad, nada nuevo había que esperar. Los
perfiles personales dibujados, de los que aquí se dio cuenta, llegaron. Ya llegó la gran familia que siempre ha gobernado a México, cuando menos, en
las últimas tres décadas: la servidumbre o familiares de ex gobernantes;
discípulos de anteriores funcionarios corruptos; viejos maquiavélicos de la
política y la administración pública; tres mujeres siempre relacionadas a malos
gobiernos; un General más que duro, bastante conocido en Chiapas; y un Almirante recién ascendido. Ahora sí, a
prepararse las mayorías: los que menos tienen, los auténticos activistas
sociales y los comunicadores honestos. Los
que llegaron buscarán el control absoluto en lo político, económico y social,
al precio que sea y caiga quien caiga.
ALGO DE LO QUE VIENE. En la decisión que pretende controlar y usufructuar todo lo
que se mueva en el país, en el nuevo gobierno los priistas sacudirán todo aquello que huela a los últimos doce
años, no desean ver u oler nada de lo que tenga aroma al pasado inmediato y,
entre otras acciones, de las más visibles, prontas y ruidosas, iniciarán
zarandeando y tomando posiciones, casi por asalto, de todas las Delegaciones
Federales que en los estados mantienen el Poder Ejecutivo Federal, las
dependencias paraestatales y las instituciones descentralizadas. Los priistas que vienen por todo y con
demasiado apetito, no se detendrán ante nada, sea hombre o mujer y seguramente
a estas alturas del tiempo, ya tienen todo ubicado, analizado y decidido, sin
improvisaciones, para cada uno de los estados de la República Mexicana. Saben quiénes
son los panistas que hoy ocupan las
delegaciones de la administración pública federal y todas las instituciones relacionadas al
poder central en los estados y quiénes serán los priistas que los sustituirán. Ya lo tienen todo decidido o en
cuestión de días lo resolverán.
En los estados y particularmente en Chiapas, muy pronto veremos a humildes, o soberbios panistas, cómo son echados a la calle, cómo los dejan
sin empleo y posteriormente, la manera en que con prisas o a fuego lento, los priistas los arrinconarán, humillarán,
desprestigiarán y si se puede, los
“ordeñarán”. A aquellos (as) que no se pongan flojitos (as), los echarán a
correr o los meterán a la cárcel. A hombres y mujeres panistas veremos en apuros; muchos (as) que presumían prosapia panista, hoy los escucharemos renegar
de su color y no faltarán aquellos de siempre, los panistas que se acomodan en las piernas y en la cama de quien sea,
con tal de continuar pegados y succionando de las tetas oficiales. Muy pocos se
librarán. Aquí en el municipio de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, existe
más de un caso que ejemplifica con excesiva nitidez, estos niveles de vida airada, ramería. Hay un sujeto que
ya fue diputado priista, regidor panista y promotor decisivo de una perredista, ¿verdad, “Ceci”? El que en la hoy administración
municipal coleta, tiene a su hijo como Secretario de Desarrollo Económico y a
su nuera en el DIF, ya da, con jugosa
renta, oficinas al Ayuntamiento y sin
duda, ya también tiene listas las
carpetas con negocios más atractivos.
¿Y MANUEL VELASCO COELLO? El gobernador electo que está a menos de
48 horas de asumir el poder nació y
morirá verde y como siempre se ha desempeñado, vestirá el uniforme Verde-ecologista, pero será un fiel facilitador de todas las disposiciones y
jugadas de los priistas. Le veremos
promover y conceder todo lo que el gobierno central insinúe o mande. Se le verá
comportarse suave, tierno y sin ningún
pudor, a las órdenes, y siempre buscando la sombra y bendiciones de Enrique
Peña Nieto y sus colaboradores más cercanos, porque él tiene decidido promoverse, proyectarse y
crecer, sin importar el precio, y
menos si lo pagarán otros, los
chiapanecos. A Manuel Velasco Coello
le moverá, antes que otra cosa, una gran preocupación: no despegarse para nada,
ni un ápice, del guión oficial que
desarrolle diariamente el presidente Peña
Nieto. Ofrecer, agradar, no enemistarse con nadie cercano a su presidente,
y hasta tratar de adivinar lo que le
gustaría a Peña Nieto, serán las
preocupaciones prioritarias de “El Güero”. Después de todo esto “el tiempo que le quede libre”, como dice
una canción, lo dedicará a los problemas
sociales, económicos y políticos del estado que gobernará, muy posiblemente, no
los seis años.
EL GABINETE DE VELASCO COELLO. Observando los perfiles humanos y
partidistas que dieron forma al gabinete de Enrique Peña Nieto y considerando que Velasco Coello será su fiel admirador e imitador, para empezar ya
se puede asegurar que la gran mayoría del gabinete güerista estará integrado
por priistas; el más poderoso,
después de “El Güero” será priista; únicamente
su círculo más íntimo será verde-ecologista
y de jovencitos; le dará uno que otro espacio a las mujeres; adoptará a algún
miembro reciclado y rescatable de la
“oposición”; incorporará a “empleados domésticos” o familiares de ex
gobernadores; para darle “sabor al caldo”
es probable más de una sorpresita que pondrá a temblar a unos y a aplaudir a
otros; y es muy posible que de última hora jale a algún académico, investigador
o persona honorable, para con ello darle
seriedad, vestir y abrillantar al
gabinete güerista. Una cuestión es más que segura: el gabinete estatal
que viene, en su mayoría, no será el que los chiapanecos necesitan para atender
y superar la problemática socioeconómica y evitar los acostumbrados
saqueos a los recursos materiales,
económicos y naturales de Chiapas. Para
lo profesional, sensato, maduro, justo y comprometido socialmente, todavía
falta algo de tiempo y temperatura.
El 8 de diciembre, dentro de muy pocas horas, muchos serán los que
a como dé lugar buscarán tocar, y si se puede, acariciar al gobernador Manuel Velasco Coello. Felicidades, le expresarán unos; cuenta conmigo, le dirán otros; señor gobernador, coincidirán en
decirle todos; no faltarán aquellos que con prisas irán al grano, y de una vez
le soltarán: “te tengo unos proyectos”,
“¿cuándo comemos?”; y eso sí, nadie se animará a expresarle que ya está metido,
formalmente, en grandes y graves dificultades. Todos omitirán decirle que
recibe un estado en la peor de sus desgracias; resultado directo de décadas de
malos gobiernos y administraciones públicas dedicadas a la rapiña y al cultivo
y compra de encarecidas apariencias, y
que él, con la herencia que recibe y las personas que le incrusten, corre el
riesgo verdadero de continuar por el mismo camino, terminar con resultados
parecidos o peores, e irse a destiempo,
si no aprende a escuchar con humildad, a reconocer lo bueno y lo malo, a ser
congruente con lo que ofreció y a
corregir con urgencia. Pero todo esto en él, será difícil e increíble
que se dé, y no se necesitará de mucho tiempo para confirmarlo.
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