Ya se verá con el tiempo que la marcha silenciosa de decenas de miles de zapatistas el 21 de diciembre del 2012, no era por la navidad o el año nuevo, sino que anunciaba cuestiones en extremo preocupantes: responsabilidad de los gobiernos y la sociedad. Estamos obligados a escuchar lo que ellos ya no dicen; a leer lo que ya no escriben; y a comprender lo que no se ha entendido durante 19 años.
EL PELLIZCO:
Quién sabe si Manuel Velasco Coello lo tenga claro o si a sus “asesores” se les ocurre explicárselo. Después de la marcha silenciosa de 40, 50 ó 60 mil zapatistas, los que hayan sido, él, como gobernador, ya se encuentra en grave riesgo: hoy más que nunca, Chiapas es un asunto de seguridad nacional; el presidente Enrique Peña Nieto nada ha dicho sobre el tema; y las declaraciones del gobernador Velasco Coello no han tenido la sustancia, el peso y la puntería necesarias. Con todo esto, pareciera que el presidente de la república y el gobernador de Chiapas, ya le responden al Sub Comandante Insurgente Marcos: ¡NO ESCUCHAMOS!, ESPERAREMOS LO PEOR.
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