Piensa, Prensa y Pega.

14 de agosto de 2013

Reflexiones y Precisiones



Los 122 ayuntamientos de Chiapas pisotean las leyes y se burlan de los ciudadanos, con la complicidad de los poderes Ejecutivo y Legislativo, chiapanecos. No es una exageración, así sucede desde hace décadas y ninguna de las autoridades “responsables” de hacer valer las leyes se ocupa de aplicarlas a tiempo y con rigor. Al Órgano Superior de Fiscalización del Congreso Local lo han convertido, exclusivamente, en una instancia represora que sólo sirve para auxiliar al Ejecutivo Estatal en su manía por imponer gustos, modas, caprichos o negocios, y que cuando esto no se cumple a satisfacción del gobernador, “el Órgano” se encarga de cobrar la factura respectiva, que casi siempre es la de llevar a la cárcel, por un tiempo, a ex autoridades municipales. Nunca “el Órgano de Fiscalización” ha cumplido plenamente con la “Ley Estatal de Fiscalización”; nunca ha sido una instancia preventiva, como debiera ser; y nunca ha sido de utilidad para hacer respetar la ley y cuidar el quehacer de los ayuntamientos. Hoy en Chiapas, el “Órgano de Fiscalización Superior” sólo es útil para emprender buenos negocios, para “lavar” las pillerías de presidentes municipales, síndicos y regidores, y para convencer o reprimir, según necesite o se le antoje al gobernador del Estado.


En Chiapas, el “Órgano de Fiscalización Superior” del Congreso del Estado se conduce como el cómplice mejor aplicado de las autoridades municipales. Los ayuntamientos se desempeñan en la total opacidad y nadie los obliga a transparentar sus actividades, como lo indica la ley; se mueven en una “transparencia a modo” y nadie los mete a la legalidad. Violentan la Ley Estatal de Obras Públicas y el gobernador testifica inaugurando el atropello legal; ejercen los recursos económicos en la absoluta ilegalidad y el “Órgano de Fiscalización”, anualmente, “les cuadra y regulariza” las cuentas públicas; mantienen una nómina municipal plagada de aviadores y con pruebas de nepotismo, y el “Órgano de Fiscalización” hace caso omiso de todas esas arbitrariedades. En Chiapas, cada vez más, ser miembro de un Ayuntamiento es un buen negocio, por eso se dan “a muerte" en los procesos electorales; ser un “empresario” con familiares en una administración municipal, promete atraer buenas ganancias; y ser titular o empleado de primer nivel del “Órgano Fiscalizador” es como poseer una franquicia que asegura ingresos iguales o mejores a los del “crimen organizado”, pero con menos riesgo.

Un buen ejemplo de corrupción, complicidades y omisiones por parte del “Órgano Fiscalizador” del Congreso chiapaneco, lo constituye excelentemente bien el Ayuntamiento del municipio de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, pues “informa” de sus actividades cuando se le antoja y cómo se le da la gana, y nadie lo obliga a respetar las leyes; y mediante su “Gaceta Municipal” dio testimonio formal y contundente de violentar a diario la Ley Orgánica Municipal, y sólo falta que el Alcalde y Síndico resulten premiados con sus respectivas diputaciones. La “Gaceta Municipal” coleta, por su forma y contenido, dibujó a un Ayuntamiento con una formación profesional más que pobre, sin buenos principios éticos y morales; con un sentido de responsabilidad que holgadamente da para preocupaciones mayores. Un Ayuntamiento coleto que no tiene ni la más mínima idea de lo que es ser un órgano colegiado de esa naturaleza; que está obligado a aprender de lo malo y bueno de sus antecesores; que es su obligación resolver, bien y a tiempo, las demandas sociales del presente; y que también es su obligación prever responsablemente un futuro promisorio para todos los habitantes del municipio, y no exclusivamente para los “empresarios” que por generaciones han crecido con el producto y subproductos provenientes de la ubre gubernamental.


Una ligera revisión a la reciente y única “Gaceta Municipal” coleta, es suficiente para descubrirle la mayoría de sus pobrezas, perversidades y violaciones a la ley cometidas por el actual Ayuntamiento coleto: en la portada dice “trimestre enero-marzo 2013”, pero nunca publicaron “la Gaceta” octubre- diciembre 2012, como establece la Ley Orgánica Municipal; “la Gaceta” enero-marzo 2013, la empezaron a circular a partir del 5 de agosto, con 5 meses de retraso; y el contenido de “la Gaceta” que elaboraron, no cumple en lo más mínimo con lo que obliga la Ley Orgánica Municipal. En ninguna parte de “la Gaceta”, se da a conocer el total del presupuesto autorizado, desglosando como debe ser, el gasto corriente y el de inversión; en ningún lugar aparece la totalidad de las erogaciones realizadas en ese lapso; y en ningún espacio dan a conocer la nómina completa de los trabajadores municipales, indicando cargo y monto, e incluyendo al DIF y al SAPAM, como están obligados por ley, como lo establece el artículo 37 de la Ley Orgánica Municipal, que ellos vienen violentando desde hace casi un año. En síntesis, y según las evidencias irrefutables, no cumplen en publicar periódicamente “la Gaceta” con el contenido que establece la ley, y solamente se ocupan de elaborar una publicación que pobremente les puede resultar para “salir al paso”, manipulando cifras, imágenes y hechos, sólo eso.


La “Gaceta” exhibe graves limitaciones y descuidos “preescolares” del Ayuntamiento coleto, particularmente de su presidente, Francisco José Martínez Pedrero, y de su Síndico, Roberto A. Morales Ortega. ¡El colmo!, en el directorio de “la Gaceta” se dieron el lujo de “olvidar” que el Síndico se llama Roberto Arturo; que el regidor Cantoral Ruiz, es Hernán Mariano y no Hernán Mario; que David Pérez Sánchez no es licenciado; que Gabriela Soledad Velázquez Gamboa es ingeniera y no “QFB”; que Marco Antonio Sánchez Guerrero es contador público (dice), y no licenciado; que Luis de Jesús Penagos López es arquitecto y no licenciado; y a la licenciada Adriana Guillén Hernández ya la volvieron maestra. Solamente faltó confundir a Pablo Ramírez Suárez como Secretario Municipal y a Rosendo Santiago Ramírez, como Director de Comunicación Social y Relaciones Públicas. Habría que revisar muy seriamente todo el trabajo que ha venido haciendo Berne Santiago Santiago, no vaya a meter en problemas más serios al Ayuntamiento.


Francisco José Martínez Pedrero, con “la Gaceta”, deja constancia escrita de su soberbia y desprecio hacia sus compañeros del Ayuntamiento. Al inicio, en la parte que parece mensaje político del Alcalde coleto, expresa: “durante mi gestión.”; “su puesta en marcha me llevó….”; Formé una policía profesional…”; “en el sistema de agua mejoré el aprovechamiento….”; “trabajé en el problema de la erradicación de la basura….”; “promoví la cultura y el turismo…”; “establecí la creación de becas culturales y deportivas…”; “implementé el mejoramiento de la imagen urbana…”; “gestioné recursos en los tres niveles de gobierno…” (Presidente, serían dos niveles, porque ante el municipio sería absurdo decir que hizo usted gestiones); “siempre brindando un servicio transparente de mayor acceso a la información”. Presidente Francisco José Martínez Pedrero y Síndico que le acompaña, ¿cuál transparencia si no cumplen con el contenido que para “la Gaceta” obliga la ley orgánica municipal?, además de que la grosera simulación en que incurren, se publica ocho meses después.


Señoras y señores regidores: Socorrito Sarmiento, Marco A. Santiago, Adrianita Guillén, Hernán Mariano Cantoral, Patricia A. Luna Burguete, Fidencio Pérez, Fernando Pérez Jonapá, Enrique Lara Coello, Juan Salvador Camacho, David Pérez, Gabriela Soledad Velázquez, Marco A. Sánchez Guerrero, Luis de Jesús Penagos López y Daniela Ruiz Pedrero, ¿no se dan cuenta que Francisco José Martínez Pedrero, el Presidente municipal, en su cuidadosa forma de redactar su “mensaje político”, los ignora como autoridades, se presenta como patrón de ustedes y los desprecia como compañeros del Ayuntamiento. Los trata como empleados de él, dejando más que claro que él  decide y dispone de los recursos del pueblo, y que sus acompañantes del Cabildo, únicamente le sirven para cubrir apariencias y validar las decisiones que toma muy al estilo finquero o empresario de “antros”.


Del resto de errores que “la Gaceta” presenta en su apariencia y esencia; de otras omisiones, manipulaciones, pobreza extrema en ortografía, redacción y demás particularidades, ya después cuando haya tiempo y espacio, las abordaré una por una.

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