Piensa, Prensa y Pega.

7 de enero de 2015

Reflexiones y Precisiones



SOBRE CAMBIOS Y OTRAS

Resulta una necesidad de extrema urgencia que la sociedad y gobierno mexicanos, reaccionen ya, enérgicamente y con verdadera responsabilidad, ante las graves y preocupantes condiciones que se vienen presentando desde hace mucho y cada vez con mayores costos humanos para este país.
La economía empeora sensiblemente y esta situación azota a diario a las familias mexicanas. El salario, para los que tienen la suerte de tener un empleo, pierde poder adquisitivo a una velocidad de escándalo y los bienes y servicios se alejan de la posibilidad de compra de las mayorías que siempre pagan los fracasos de sus gobernantes. La política se extravía y prostituye con más descaro; la han convertido en sólo negocio y muy poco o ya nada, se le comprende y practica como el oficio que puede ser de enorme utilidad para traer y atraer bienestar, paz y felicidad a los mexicanos.
Urge que gobierno y sociedad comprendan los alcances de su responsabilidad, pero sobre todo, que los ciudadanos entiendan que los gobernantes han llegado a esos niveles de descomposición y cinismo, en mucho, por culpa de la misma sociedad, debido a la apatía y falta de participación comprometida de los hombres y mujeres que, cuando bien va sólo exigen, olvidando exigir proponiendo y exigir acompañando.
Hoy, la realidad mexicana se encuentra en condiciones de una verdadera EMERGENCIA NACIONAL. El comportamiento insensible y corrupto del gobierno, aún da para más y el sufrimiento que padecen decenas de millones de mexicanos ya no aguanta, y da sobradas muestras de que en cualquier momento pudiera transitar de marchas de protesta a abiertas manifestaciones armadas en las principales ciudades y áreas rurales de este país. El surgimiento de las autodefensas en varios estados de la República, bien puede ser un aviso muy pequeño y pálido, de lo que en cualquier momento pudiera sobrevenir de manera generalizada. El silencio forzado o el ruido calculado, dan la sensación de que el gobierno pudiera estar preparando las condiciones necesarias para desatar la represión que necesita, por un lado; y por el otro, todo indica que son miles los que ya se mueven, organizadamente, para hacer valer sus derechos y no permitir más vejaciones de parte del gobierno. Como sea, es obvio, las relaciones entre gobierno y sociedad pudieran estar en la antesala de lo peor: el rompimiento de toda comunicación y el inicio, con todo, del esfuerzo social por derrocar al gobierno actual.
De lo poco que pueden hacer, urgentemente, los gobernantes en sus tres niveles son cambios en sus hombres, rotación en sus recursos humanos, decisiones que cuando menos le garantice un poco más de vida al ahora sistema injusto y criminal. Ese sistema político y económico que a la democracia la ha conducido a lo más asqueroso de las prácticas antidemocráticas; ese modo de producción que vive y se reproduce, anteponiendo la ganancia privada, a la urgencia de bien común; ese sistema político que no entiende de justicia social, hambre, democracia real, enfermedades, trabajo digno y bienestar en todos los órdenes de la vida cotidiana. Aunque suene catastrófico o alarmista, es preferible a guardar silencio complaciente, cómplice; la realidad mexicana, desgraciadamente,  huele a pólvora y sangre, a flores y velas.
Si el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto aún no ha decidido entrarle con todo sus recursos a la represión abierta y encubierta, están por asomar nuevos nombres en áreas que le manejan la “procuración de justicia”, la economía, la política interior, el “desarrollo social”, la imagen institucional, caso contrario, habría que prepararse para una realidad aún más difícil, triste y riesgosa.
En el estado de Chiapas, la situación social no está nada fácil. Frente a una realidad de miseria social y política, de pobrezas y saqueos descarados, que cada día se acentúan más, el gobernador Manuel Velasco Coello se conduce en la absoluta irresponsabilidad social. Se empeña en niveles enfermizos por construir falsas realidades: falsa tranquilidad en el campo y las ciudades, falsa aceptación al gobierno VERDE, falsa economía pujante, falso desarrollo social, falsa democracia, falsa justicia pronta y expedita, falsa división de poderes, falso entendimiento entre gobierno y ciudadanos; falsa responsabilidad, carisma y sencillez. LO ÚNICO CIERTO ES QUE ES UN GOBERNADOR SOLTERO Y QUE SU MAMÁ LO ACOMPAÑA Y DA ÓRDENES EN TODAS LAS ÁREAS DEL GOBIERNO.
En Chiapas, se carece de la práctica de un Plan Estatal de Desarrollo que le imprima profesionalismo, rumbo, seriedad y certidumbre a todas las acciones gubernamentales. El quehacer institucional en Chiapas está lleno de improvisaciones, empirismos, frivolidades, negocios a la sombra del poder y exagerada publicidad personal a cualquier ocurrencia y mísero resultado institucional. Al gobierno de Manuel Velasco Coello sólo lo mueven dos cuestiones: la preocupación por volverse eterno en la entidad y quedarse con Chiapas y sus riquezas. El resto que se observa es pura escenografía, acomodo de actores, organización del reparto y festejo  pagado con recursos públicos, incluido los aplausos. 
Urge que alguien le amarre las manos y apriete la cabeza al gobernador y, principalmente, a su mamá; a Chiapas ya no se le puede seguir conduciendo como si fuera una hacienda de principios del siglo XX y los chiapanecos no merecen trato de peones acasillados. Chiapas es la entidad de una República y los chiapanecos son ciudadanos poseedores de inmensas riquezas naturales y materiales que deben ser aprovechadas, racionalmente, en su beneficio. Chiapas debe dejar de ser un estado donde la mayoría de sus más de cuatro millones de habitantes, sobreviven en la miseria, rodeados de inmensas riquezas naturales.
En el municipio de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, el Ayuntamiento se parece más a una banda de delincuentes, antes que a un cuerpo colegiado de hombres y mujeres encargados de promover y provocar desarrollo social. CORRUPCIÓN, CINISMO Y ATROPELLO A LAS LEYES, han sido el sello y la firma del Ayuntamiento que preside Francisco José Martínez Pedrero y que manipula el síndico Roberto Arturo Morales Ortega. Durante los 27 meses que lleva la administración que encabezan Martínez Pedrero y su mamá, se han denunciado públicamente todos los atropellos a las leyes cometidos por ellos, no es necesario enumerarlas, cualquier ciudadano lo recuerda muy bien.
Hasta hoy, para ningún nivel de gobierno en México parece haber remedio y todo apunta a que por sí mismos, no están dispuestos a modificar su conducta delincuencial y falta de interés en el cumplimiento de su responsabilidad social. Ya es tiempo, corresponde a los ciudadanos echar fuera a los delincuentes e imponer a quien los represente y vea por los intereses comunes. URGE.

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