Piensa, Prensa y Pega.

14 de enero de 2015

Reflexiones y Precisiones



EL NUEVO, VIEJO CIRCO, QUE YA SE ANUNCIA.

Como de costumbre, ya viene apareciendo el enorme circo que se presenta en todo el país, periódicamente, con el gran objetivo de construir apariencias, distracciones, magias, encantos, ilusiones y todo aquello que al sistema político mexicano le ayuda a hacer creer a los ciudadanos y a sus socios extranjeros, de que en México son las mujeres y los hombres mayores de 18 años, quienes eligen a sus representantes populares. Aquellas y aquellos representantes del pueblo que deberían ocuparse de la cuestión pública, del bien común, de la responsabilidad de gobernar y administrar, con honestidad y rigor profesional los recursos de la sociedad para coadyuvar a la consecución de un BIENESTAR humanamente aceptable, PAZ cimentada en una sociedad satisfecha en sus necesidades y DESARROLLO útil para producir RIQUEZA SOCIAL. No riquezas privadas que luego sólo ayudan a explotar, atropellar y humillar más a los seres humanos de este país. Ese GRAN CIRCO es el que está llegando, el que se está instalando por todo México, el que como siempre nada, socialmente bueno, ha garantizado a los más de 50 millones de pobres de esta nación. Ese gran circo, ese gran teatro, ese espectáculo miserable, para engañabobos y comerciantes de la política, es el que ya se anuncia a gritos, con matracas y pitos, por las comunidades, pueblos y las pequeñas y grandes ciudades de la República Mexicana. NO ES OTRA COSA, NO ES NADA BUENO.

EL CIRCO Y TEATRO que ya está asomando, como toda distracción de esta naturaleza, tiene el cuidado de incorporar para sus funciones: animales, payasos, trapecistas, bailarinas, malabaristas, magos, reptiles y algún engendro de la naturaleza, cuando le es posible. Si observamos con detenimiento y analizamos con cuidado los procesos electorales en México, desde hace décadas no son más que eso: circo y teatro, caro y cada vez de peor calidad, del cual nada bueno se obtiene; entretiene menos, enoja más y huele peor. No es una exageración, si nos fijamos bien en los protagonistas del proceso electoral que ya dio inicio, encontraremos a mujeres y hombres que se comportan como verdaderos animales. Podemos ver a personas que, considerando el oficio que desempeñan, se parecen a unos auténticos payasos (disculpa a los payasos). Identificaremos a individuos que, por su trayectoria y comportamiento, son idénticos a los trapecistas. Nos toparemos con sujetos que se conducen y complacen, como es una cuestión natural en las bailarinas o bailarines. Veremos a no pocos actores que desde hace mucho tiempo, por su manera de entretener y vivir, resultan unos bien logrados malabaristas de la politiquería.
En este circo y teatro en que han convertido los procesos electorales, no hacen falta, sobran, quienes por sus mañas y velocidad en manos (para robar), parecen magos; otros que, por la forma en que se arrastran, en público y privado, por su carencia absoluta de dignidad humana, su similitud con los reptiles es asombrosa. Por supuesto, nunca escasean los engendros de la naturaleza, las mujeres y hombres que parecieran estar pagando un castigo divino: la mujer con dos lenguas, el hombre con tres manos, las personas con “malformaciones físicas” y las criaturas con apariencia humana, acostumbradas a comer de todo, incluido excremento humano, con tal de sobrevivir políticamente. En México, de todo esto se encuentra en los circos y teatros electorales y eso es lo que estamos observando que ya dio inicio en México.

Particularmente, en el TEATRO Y CIRCO, CHIAPANECOS ya tienen nombre, ya se les promociona, ya inició la venta de boletos, ya se ven las colas y algunos ya están o ya se sienten dentro. Al circo lo anuncian como “VELASCO Y COELLO, FAMILIA” y al teatro lo promocionan como “El VERDE Y MORADO... DE LA SEÑORA”. Los mozos y servidumbre del circo y teatro, serán los mismos de siempre o sus descendientes, las mujeres y hombres para quienes ya es costumbre o forma de vida, ir de circo en circo o de teatro en teatro ofreciendo su dignidad, sus servicios y hasta su honra, si ello les garantiza licencia para robar, permiso para engañar y absoluta impunidad para atropellar los derechos humanos y saquear el patrimonio colectivo de los varios millones de empobrecidos ciudadanos chiapanecos. EN EL TEATRO Y CIRCO, hasta hoy en Chiapas, en sus distritos y municipios, no se ven rostros diferentes, apellidos sorpresa o clase social distinta. Son los mismos sinvergüenzas de siempre: las y los, igual de falsos que un billete de 60 pesos; las y los, más parecidos a delincuentes que a representantes populares; las y los, con más similitud a malandrines y criminales, que a servidores públicos.

EL TEATRO Y CIRCO, CHIAPANECOS, está dando muestras de no tener intenciones de experimentar o correr el mínimo riesgo en el proceso electoral iniciado. Tal vez por ello, en su reparto de “actores y artistas”, exclusivamente considera a delincuentes probados, mafiosos de carrera, sinvergüenzas plenos y a marrulleros de tiempo completo. A ningún improvisado se observa hasta hoy, todos y todas conocen muy bien cómo robar y compartir; cómo mentir sin ningún recato; cómo traicionar sin remordimientos; cómo transformar en casi un “arte” (para ellos) vivir del dinero ajeno; cómo pisotear el código penal completo y presumirlo como si se tratara de un triunfo olímpico.
Observando con detenimiento y rigor analítico, retomando la historia, tras de cada uno de los hombres y mujeres a los que próximamente les llamarán regidores, síndicos, presidentes municipales, diputado local y diputado federal, HAY DINERO SUCIO, existen recursos económicos sustraídos de las arcas públicas, hay dinero que HUELE A DELINCUENCIA ORGANIZADA. Nada de todo esto ignoran las autoridades, todo lo tienen bien documentado las instancias de “Procuración de Justicia”. Al contrario, pareciera que poseer dinero sucio y ser delincuente, es una condición elemental para ser considerado “candidato” para un cargo de “elección popular”. No se exagera, en Chiapas, también existen y se pasean parejas como la de IGUALA, Guerrero, delincuentes y criminales en colores ROJO, VERDE, AMARILLO, AZUL, MORADO, MORENO y no falta uno que otro en busca de color y dispuesto a embarrarse del color que sea.
Como siempre, el proceso electoral en Chiapas tiene las características descritas: huele a circo, sabe a teatro, suena a diversión y se observa a los mismos hombres y mujeres que se han dedicado a prostituir la política y extraviar la función pública.

No hay comentarios: