Piensa, Prensa y Pega.

10 de septiembre de 2015

Reflexiones y Precisiones



El tema del mes de septiembre, en América Latina, sin duda lo ha sido la renuncia y el posterior encarcelamiento del presidente de la República de Guatemala, Otto Pérez Molina. Mucho se ha visto y bastante se ha escuchado sobre el caso de un primer mandatario que es denunciado por corrupción, exhibido por sus gobernados, echado por una sociedad consciente y participativa, y aprehendido y encarcelado por las instancias judiciales y ejecutivas comprometidas con el cumplimiento de las leyes. Quién sabe cuánto tiempo tiene que no sucedía algo parecido, quién sabe cuánto hace que en América Latina no se observaba una movilización social de esa magnitud y con los resultados que supo obtener el pueblo guatemalteco; como sea, debe dejar experiencias y enseñanzas importantes para los pueblos y los gobiernos de este continente, cuando menos.

No es una cuestión pequeña conocer de una sociedad bien organizada y movilizada, enérgicamente, que hace valer sus derechos. No es una nimiedad que el presidente de un país, acusado de deshonestidades, luego sea llevado ante los tribunales y, en consecuencia, sea sometido a las leyes como cualquier ciudadano gracias a la organización y presión social. Nada de todo lo sucedido en Guatemala es pequeño y mucho menos intrascendente; dejará huella, sentará un oportuno y valioso precedente en las naciones de América Latina, y siempre estará ahí, en el sentir de los pueblos saqueados en sus riquezas, atropellados en sus derechos y reprimidos en sus luchas justas por vivir bien y desarrollarse con JUSTICIA SOCIAL VERDADERA.

El tema que más ruido viene haciendo en México, a partir del primero de septiembre, es el que se desprende del “Tercer informe” de actividades de la administración que preside Enrique Peña Nieto. Confirmar que el gobierno de la República Mexicana cada día es más insensible, menos humano, más ciego, de mayores irresponsabilidades, más sordo, más corrupto y de extravío absoluto en materia de verdadero DESARROLLO Y BIENESTAR SOCIAL; es lo más preocupante, es el tema que a diario empeora y que coloca en situación de emergencia nacional a la sociedad mexicana.

Escuchar que el presidente de México afirma que hoy los millones de pobres son menos que hace tres años, cuando inició su gobierno, es preocupante y sabe a burla; nadie ve eso, solo él y sus colaboradores. Escucharlo mencionar que sus reformas estructurales están atrayendo grandes beneficios para millones de necesitados, cuando nada de eso se ha visto, mueve a la preocupación y huele a desprecio. Escuchar del presidente Enrique Peña Nieto, calificar como exitosas sus decisiones, acciones y resultados en seguridad, salud, empleo, vivienda, medio ambiente, educación y bienestar en general, entre otros auto halagos, es sumamente grave, cuando son millones los mexicanos que padecen y testifican mayor  inseguridad, mayor desempleo, más escasez de vivienda, mayor deterioro del ambiente, mayores problemas para acceder a la educación pública y aun mayor encarecimiento de los bienes y servicios imprescindibles para poder sobrevivir.

El comportamiento irresponsable del presidente de México, frente al panorama desolador y plagado de incertidumbres e injusticias, traerá sus consecuencias; la organización social habrá de profundizar y volverse más decisiva, las manifestaciones de inconformidad se multiplicarán aún más y a los pronunciamientos se les verá radicalizarse en niveles insospechados. No es un asunto de adivinos, es una cuestión social a la que solamente le queda un camino: echar a sus verdugos, echar a quienes no los representan, arrancar de raíz lo podrido y putrefacto. No hay de otra y el proceso ya está en marcha desde hace mucho. Son tan soberbios que ni se lo imaginan, no lo ven, no lo oyen, no lo huelen o lo menosprecian.

En el estado de Chiapas, el tema lo continúa siendo EL DESGOBIERNO cultivado y cosechado por la pareja de gobernadores, Manuel Velasco Coello y Leticia Coello Garrido, mamá del Ejecutivo; LA CORRUPCIÓN que ellos han convertido en política pública; LA FRIVOLIDAD que se les observa como comportamiento oficial, al intentar darle sabor a la prostitución del cargo encomendado; LA IMPUNIDAD con que se conducen las autoridades de los tres poderes y los 122 ayuntamientos; las excesivas DESHONESTIDADES Y DESMANES vueltos El pan de cada día y el entretenimiento por las noches; y la tremenda DESESTABILIZACIÓN SOCIAL que se viene incubando y viendo nacer con estas conductas antisociales, prácticas delincuenciales, abusos en el ejercicio del poder e intentos por eternizarse como grupo politiquero dedicado a saquear las riquezas de los chiapanecos. Este es el tema y las preocupaciones que en cualquier momento pudieran pintarse con sangre y adornarse con persecuciones, torturas, encarcelamientos y cadáveres. NO SERÍA LA PRIMERA VEZ, ni la última que tumba a un gobernador y a sus secretarios de Estado.

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