La precipitada reversa a medias que pronto se volverá completa, que ellos mismos llaman “contrarreforma”, seguro, no fue una conclusión local, no se hace por convicción y mucho menos es una decisión originada en Chiapas, no, con seguridad se tomó en la ciudad de México, en la oficina principal de Bucareli, como es “costumbre y tradición” en este país, como el gobierno federal trata a los gobiernos de los estados frágiles, demasiado temerosos o con ambos padecimientos.
Lo sucedido, el fracaso de la abusiva reforma electoral, valorado en frío, pero con generosidad, aún así, da para afirmar que Don Juan José Sabines Guerrero, acaba de recibir la primera y peor derrota política de su gobierno, a la cual le sobrevendrán otras, y cada vez con más frecuencia, en la medida que se acerque el final de su administración y la pérdida absoluta del poder que hoy detenta. Esto, bien puede ser sólo una pequeña muestra de lo que en el futuro inmediato se puede volver rutina, y que deberá aprender a prever, enfrentar, soportar y resolver.
El porrazo seco de la reforma electoral, arrastra y machuca al Gobernador chiapaneco, a 40 sumisos, sinvergüenzas e indignos diputados locales y a los Ayuntamientos que a escondidas se prestaron a la maniobra propia de la delincuencia organizada, todo, bien podría tipificarse como asociación delictuosa y es suficiente para iniciarles juicio político, separación del puesto, inhabilitación para ocupar cargos públicos, y quién sabe cuántos premios y distinciones más.
En varias ocasiones, “Reflexiones” y “El Machucón” han señalado que Sabines Guerrero está peligrosamente rodeado de corruptos, ineptos y traidores. Corruptos son para empezar, entre otros, aquellos que cobran un salario y no lo devengan; ineptos, esos que tienen asignada una función y no la cumplen con eficiencia y traidores, todos aquellos que, por ingenuidad, mediocridad, torpeza o perversidad, exponen a su patrón a ridiculeces, bofetadas políticas o al escarnio público. Si son “caballos de Troya”, debe reconocerse que están haciendo sobradamente bien su trabajo.
La reversa a medias, que con el nombre de contrarreforma se anunció que se presentará la primera semana de noviembre, corrobora que en Chiapas estamos bastante lejos de que exista una verdadera división de poderes; demuestra que el Gobernador domina, domestica y dispone casi todo en la entidad; pero, también deja claro que más allá de Chiapas, Sabines Guerrero, contrario a presunciones y apariencias caramente cultivadas, apenas tiene una presencia prematuramente débil, tímida políticamente y totalmente aislada de los centros de poder, donde se determinan y acuerdan las cuestiones decisivas para Chiapas y el país.
Es inadmisible que el Gobernador de Chiapas haya creado y promovido la “reforma electoral”, sin bendición cuando menos, del Secretario de Gobernación; si no hubo consulta y anuencia, estamos ante un atrevido e inexperto “salto mortal triple” sin red, políticamente hablando; si existió el permiso del gobierno central, a Sabines Guerrero lo negociaron en gobernación y está cosechando una traición no pequeña, de las muchas a las que puede estar expuesto, una muestra importante de que en lo sucesivo, gradualmente lo pueden ir abandonando a su suerte. Estamos pues, ante la famosa “costumbre servilleta”; se escoge, se compra, se utiliza y se desecha.
Indudablemente, la reforma electoral completa la echarán al suelo, la pisarán, escupirán y exhibirán, y con ello a todos los actores que intervinieron, nadie escapará y quedarán marcados para siempre, pero, no hay que confundirse y perder de vista que los promotores y beneficiados directos no fueron ni serán los miles de chiapanecos pobres, sino la otra mafia política que desde hace 9 años perdió el poder. Todo es cuestión de mafias, ambiciones, poder, dinero y precio, nada más y nada menos.
Don Juan, el Gobernador, debe asimilar y prepararse, pues fuera de Chiapas y más en el centro del país, sólo tiene y puede tener, coyunturalmente, aliados políticos, socios comerciales, acompañamientos de negocios o facilidades financieras, jamás, amistades sinceras, compromisos cabales, lealtades perpetuas, relaciones incondicionales, obediencias ciegas y mucho menos “amor eterno”.
Ojalá los asesores del gobernador y sus íntimos, no vuelvan a exponer los dedos de su jefe en puertas que no controlan; hoy lo prensaron, mañana bien podrían dejarlo sin dedos.
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