Piensa, Prensa y Pega.

28 de julio de 2011

Reflexiones y Precisiones

El pan y la sal diarias, más en los últimos 4 años, son la inseguridad y las alarmantes expresiones de violencia acuñadas por el crimen organizado en este país, mientras los gobiernos exhiben muestras claras de insuficiente coordinación, confrontaciones constantes, complicidades obvias, irresponsabilidades o ineptitudes, para ocuparse cada uno de lo suyo, de acuerdo a sus facultades y obligaciones constitucionales.

Aún cuando el panorama de seguridad y violencia en todo México resulta ya espeluznante y preocupante en grados extremos, nadie parece poder detenerlo, no existen indicadores de que van en el camino correcto y mucho menos que podrán revertirlo. Al mismo tiempo, la federación, los estados y los más de 2 mil municipios mexicanos, se comportan como si todo fuera bien. Compran certificaciones para acreditar que son los más seguros y difunden que sin ellos y sus acciones, estaríamos en peores condiciones. Todo está condenado al fracaso, si no asumimos –sociedad y gobierno- las funciones que nos corresponden. Que los gobiernos cumplan con honestidad y prontitud, y que faciliten y protejan la participación ciudadana. Que los ciudadanos denuncien, propongan y se comprometan.

No hay de otra, las grandes acciones que habrán de impactar de manera definitiva contra la inseguridad y violencia mexicanas, para ser efectivas, están obligadas a nacer, alimentarse, acuerparse y defenderse desde cada ayuntamiento de este país, con el acompañamiento puntual y preciso de los estados y la federación, nunca más al revés. Sólo cuando todos los municipios mexicanos, junto con sus comunidades, barrios, fraccionamientos y colonias, se incorporen responsablemente a una estrategia nacional, empujada y protegida desde la célula básica del federalismo, el municipio, sólo entonces, se estará en condiciones para infringirle golpes mortales al crimen organizado, a la corrupción, a la ineptitud y a la impunidad en este país. Es en serio, sobran fundamentos internos y abundan las experiencias internacionales.

Si en el combate frontal y definitivo a la delincuencia organizada y a la responsabilidad desorganizada de las autoridades mexicanas, deben jugar un papel determinante los ayuntamientos, aquí, resulta trágico, entristecedor, decepcionante y condenable, que el Ayuntamiento de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, en 7 meses no ha tenido siquiera la ocurrencia de hacer funcionar los 7 “módulos de vigilancia” que están inoperantes desde hace varios años, en las entradas y salidas de este “pueblo más mágico, entre los pueblos mágicos”, “la novia de Chiapas”, próximo anfitrión de la “Cumbre mundial de turismo de aventura”, ciudad a la que l@s politic@s en campaña o en funciones, gritan como locos que le tienen gran amor y enorme cariño. Incongruentes.

Si al Ayuntamiento coleto –apenas regular tapa hoyos-, con Cecilia Flores Pérez a la cabeza de 15 individuos más, no se les ha ocurrido activar los “módulos de vigilancia”, acción elemental para proteger a los habitantes de la ciudad, ¿quién va a imaginar que tienen capacidad para ocuparse de lo sustantivo y verdaderamente valioso en lo económico, social, cultural y político? Otra vez, a un municipio gigante, le resultó un Ayuntamiento enano.

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