Con
todo respeto, Sr. Rector, Sr. Director y
H. Consejo Técnico de la Facultad de Derecho. Si ustedes decidieran abrir
una investigación profesional sobre los últimos años de trabajo frente a grupos,
al encargado de la biblioteca y ex profesor interino, acompañado de un diagnóstico
personal realizado por un equipo médico de especialistas, compuesto por
psicólogo, neurólogo, psiquiatra, pedagogo, terapeuta y otros que contribuyan a
definir el perfil psicosocial y académico de la persona en cuestión,
indudablemente reprobaría; encontrarían graves deficiencias didácticas,
pedagógicas, psicológicas y quién sabe cuántos extravíos o trastornos más, que
lo hacen una persona no apta para permanecer dentro de un centro educativo del
prestigio con el que cuenta la Facultad de Derecho.
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