Debido a la situación social que prevalece
en Chiapas, hoy como en otras ocasiones, abordaré varios temas en una sola
entrega.
Sobre
el asesinato de Juan Vázquez Gómez, en San Sebastián Bachajom, municipio
de Chilón Chiapas, ocurrida la noche del
24 de abril. ¿Qué se conoce de Juan
Vázquez Gómez?, que era el Secretario General de los adherentes a la Sexta declaración de la Selva Lacandona, en San Sebastián
Bachajom; que sobresalió por su
férrea participación en defensa de la
tierra y el territorio, frente al despojo oficial de las cascadas de “Agua
Azul”; y que el 17 de abril de este año, él y sus compañeros adherentes a la Sexta
del EZLN, denunciaron que su
territorio “es amenazado por la política
oficial de despojo, indicando continuidad bajo el actual gobierno del estado”. Hostigamiento, amenazas y tensión, precedieron
a este asesinato, y el escenario continúa en descomposición y agravándose, dando la impresión de que, como
de costumbre, a ninguna autoridad del estado y federal, le interesa atender con
justicia y prontitud la grave situación.
En este espacio, ya se ha dicho en
varias ocasiones, que por diferentes
regiones de Chiapas existen problemas delicados sin atender debidamente,
menospreciando su importancia para la paz social, y lo más preocupante,
pareciera que mentes perversas cultivan, complican y administran todos los
conflictos latentes. Hay que decirlo fuerte
y claro, si los gobiernos no paran pronto y drásticamente la escalada de
hostigamientos, amenazas, enfrentamientos, despojos y tensión constantes, que
es una realidad inocultable en Chiapas, y que han sido debidamente documentados,
denunciados y repudiados, entre otros, por el Centro de Derechos Humanos Fray
Bartolomé de las Casas; si todo esto no se frena, y no se castiga a los
responsables, óiganlo bien, cada día
estaremos más cerca de la violencia inminente en todos los puntos calientes de Chiapas, que no son pocos y que la autoridad
conoce. Después serán difíciles de contener y resolver, y podrían tener la
fuerza suficiente para desestabilizar a Chiapas y colocar en grave riesgo a la
entidad y al país. Quizá lo sucedido
en 1994, con la aparición del EZLN, quede, en comparación, como algo muy pequeño.
Más si consideramos lo que en las últimas semanas viene sucediendo en los
estados de Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Zacatecas y el resto de entidades de la
república “calientes” y ensangrentadas por la delincuencia organizada, la
ineptitud oficial, la corrupción de siempre y la impunidad institucionalizada.
Chiapas está ya demasiado caliente, cada
día con las acciones institucionales se acumula más “pólvora”, y los “explosivos”
con los que juegan, cada vez son de “mecha más corta”. AVISADOS.
Sobre
los conflictos en las universidades ubicadas en San Cristóbal de las Casas,
Chiapas. Primero fue la Facultad de Derecho de la UNACH, donde
prevalece un problema aún no resuelto de raíz y con todos los elementos para
complicarse más todavía; después le siguió la Facultad de Ciencias Sociales,
también de la UNACH, por necesidades elementales insatisfechas y compromisos
incumplidos; y más recientemente, hicieron crisis los problemas que ya se
conocían al interior de la Universidad Intercultural de Chiapas y que, por
su magnitud, clara ineptitud o decidida
perversidad de la autoridad respectiva, rebasaron los muros de la institución y
en los últimos días se hicieron del conocimiento público.
Las autoridades superiores de estas
dos universidades, dan la impresión de que no les importa atender correctamente
sus responsabilidades, que les falta capacidad para resolverlas o que por
alguna razón, no existe la voluntad que debiera existir para resolver las
dificultades al interior de sus respectivos centros educativos.
En
los casos de la UNACH: en
la Facultad de Derecho, existen desde un principio, los elementos objetivos
y normativos suficientes para concluir en definitiva el conflicto, sin embargo,
se ha atendido tarde, a medias y se ha dejado hacer y deshacer, abriendo la
posibilidad de que sobrevengan, no únicamente enfrentamientos entre
estudiantes, sino también entre catedráticos, en ambos casos, con consecuencias que podrían resultar lamentables. En la Facultad de Ciencias Sociales,
como ha sido costumbre de las autoridades educativas, desde hace 38 años, le
regatean todo; le firman minutas y no las cumplen o atienden los compromisos con
“goteros” y, en general, son atendidos como si fueran indigentes o
discapacitados pidiendo caridad. Jamás en 38 años, Ciencias Sociales ha recibido el trato que merece; un centro
educativo con enorme potencial para incidir decisiva y directamente en el
desarrollo –con justicia social- de los chiapanecos.
Desde siempre, la conducta de las
autoridades superiores hacia la hoy Facultad
de Ciencias Sociales, ha sido parecida al que muchos acostumbran con un
hijo bastardo o no deseado: relaciones tensas; penurias; retardos en todo;
olvidos; salidas a medias y no soluciones de fondo; y la permanente existencia
de una mezcla con suficientes ingredientes de menosprecio, odio y desprecio, en
las relaciones cotidianas. Al trato que hoy padece la Facultad de Ciencias Sociales, en otros tiempos –ignoro si ocurre ahora-,
se le hizo frente con organización, decisión, voluntad mayoritaria,
movilizaciones encabezadas por la autoridad de la institución, con argumentos irrefutables, de pie y
hablándoles en el único idioma que entienden: presiones a fondo, bien calculadas y calibradas y con las “cargas de
explosividad” mediática necesarias. No hay de otra, o los seguirán tratando
como indigentes o discapacitados.
El
caso de la UNICH está claro y fácil.
Las cosas se descompusieron hasta alcanzar las dimensiones actuales. Desde
el primer día en que llegó el actual rector, Javier Álvarez Ramos (recuérdese
que originalmente no tomó posesión del cargo en las instalaciones de la
rectoría de la UNICH, pues la comunidad Unichense mostró su rechazo al
nombramiento intempestivo), al ser degradado de Secretario de Educación
Pública, e impuesto por el ex gobernador Juan Sabines Guerrero como titular de
la UNICH, se dedicó más a la politiquería –apadrinado por Elba Esther Gordillo Morales- donde ha fracasado, antes que a la
verdadera academia. Quién sabe si conoce gis y pizarrón. Son evidentes las
grandes diferencias profesionales, académicas y de honestidad, entre el
fundador de la UNICH, Dr. Andrés Fábregas Puig y el descendiente directo de
Elba Esther Gordillo, hoy encarcelada. Seguramente, todo esto explica el fondo
de buena parte de la problemática que hoy padece la comunidad Unichense, pero “conociendo las mañas de la bestia, está
fácil atajarlo y sacarlo del corral”.
Ya la ex titular del COBACH está lista, el gobernador del estado
necesita del espacio y Javier Álvarez Ramos se está poniendo “de a pechito”. Continuará.
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