Piensa, Prensa y Pega.

1 de mayo de 2013

Reflexiones y Precisiones



Debido a la situación social que prevalece en Chiapas, hoy como en otras ocasiones, abordaré varios temas en una sola entrega.

Sobre el asesinato de Juan Vázquez Gómez, en San Sebastián Bachajom, municipio de Chilón Chiapas,  ocurrida la noche del 24 de abril. ¿Qué se conoce de Juan Vázquez Gómez?, que era el Secretario General de los adherentes a la Sexta declaración de la Selva Lacandona, en San Sebastián Bachajom; que sobresalió por su férrea  participación en defensa de la tierra y el territorio, frente al despojo oficial de las cascadas de “Agua Azul”; y que el 17 de abril de este año, él y sus compañeros adherentes a la Sexta del EZLN, denunciaron que su territorio “es amenazado por la política oficial de despojo, indicando continuidad bajo el actual gobierno del estado”.  Hostigamiento, amenazas y tensión, precedieron a este asesinato, y el escenario continúa en descomposición  y agravándose, dando la impresión de que, como de costumbre, a ninguna autoridad del estado y federal, le interesa atender con justicia y prontitud la grave situación.

En este espacio, ya se ha dicho en varias ocasiones,  que por diferentes regiones de Chiapas existen problemas delicados sin atender debidamente, menospreciando su importancia para la paz social, y lo más preocupante, pareciera que mentes perversas cultivan, complican y administran todos los conflictos latentes. Hay que decirlo fuerte y claro, si los gobiernos no paran pronto y drásticamente la escalada de hostigamientos, amenazas, enfrentamientos, despojos y tensión constantes, que es una realidad inocultable en Chiapas, y que han sido debidamente documentados, denunciados y repudiados, entre otros, por el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas; si todo esto no se frena, y no se castiga a los responsables, óiganlo bien, cada día estaremos más cerca de la violencia inminente en todos los puntos calientes de Chiapas, que no son pocos y que la autoridad conoce. Después serán difíciles de contener y resolver, y podrían tener la fuerza suficiente para desestabilizar a Chiapas y colocar en grave riesgo a la entidad y al país. Quizá lo sucedido en 1994, con la aparición del EZLN,  quede, en comparación, como algo muy pequeño. Más si consideramos lo que en las últimas semanas viene sucediendo en los estados de Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Zacatecas y el resto de entidades de la república “calientes” y ensangrentadas por la delincuencia organizada, la ineptitud oficial, la corrupción de siempre y la impunidad institucionalizada. Chiapas está ya demasiado caliente,  cada día con las acciones institucionales se acumula más “pólvora”, y los “explosivos” con los que juegan, cada vez son de “mecha más corta”. AVISADOS.

Sobre los conflictos en las universidades ubicadas en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Primero fue la Facultad de Derecho de la UNACH, donde prevalece un problema aún no resuelto de raíz y con todos los elementos para complicarse más todavía; después le siguió la Facultad de Ciencias Sociales, también de la UNACH, por necesidades elementales insatisfechas y compromisos incumplidos; y más recientemente, hicieron crisis los problemas que ya se conocían al interior de la Universidad Intercultural de Chiapas y que, por su  magnitud, clara ineptitud o decidida perversidad de la autoridad respectiva, rebasaron los muros de la institución y en los últimos días se hicieron del conocimiento público.

Las autoridades superiores de estas dos universidades, dan la impresión de que no les importa atender correctamente sus responsabilidades, que les falta capacidad para resolverlas o que por alguna razón, no existe la voluntad que debiera existir para resolver las dificultades al interior de sus respectivos centros educativos.

En los casos de la UNACH: en la Facultad de Derecho, existen desde un principio, los elementos objetivos y normativos suficientes para concluir en definitiva el conflicto, sin embargo, se ha atendido tarde, a medias y se ha dejado hacer y deshacer, abriendo la posibilidad de que sobrevengan, no únicamente enfrentamientos entre estudiantes, sino también entre catedráticos, en ambos casos,  con consecuencias  que podrían resultar lamentables. En la Facultad de Ciencias Sociales, como ha sido costumbre de las autoridades educativas, desde hace 38 años, le regatean todo; le firman minutas y no las cumplen o atienden los compromisos con “goteros” y, en general, son atendidos como si fueran indigentes o discapacitados pidiendo caridad. Jamás en 38 años, Ciencias Sociales ha recibido el trato que merece; un centro educativo con enorme potencial para incidir decisiva y directamente en el desarrollo –con justicia social- de los chiapanecos.

Desde siempre, la conducta de las autoridades superiores hacia la hoy Facultad de Ciencias Sociales, ha sido parecida al que muchos acostumbran con un hijo bastardo o no deseado: relaciones tensas; penurias; retardos en todo; olvidos; salidas a medias y no soluciones de fondo; y la permanente existencia de una mezcla con suficientes ingredientes de menosprecio, odio y desprecio, en las relaciones cotidianas. Al trato que hoy padece la Facultad de Ciencias Sociales, en otros tiempos –ignoro si ocurre ahora-, se le hizo frente con organización, decisión, voluntad mayoritaria, movilizaciones encabezadas por la autoridad de la institución,  con argumentos irrefutables, de pie y hablándoles en el único idioma que entienden: presiones a fondo, bien calculadas y calibradas y con las “cargas de explosividad” mediática necesarias. No hay de otra, o los seguirán tratando como indigentes o discapacitados.

El caso de la UNICH está claro y fácil.  Las cosas se descompusieron hasta alcanzar las dimensiones actuales. Desde el primer día en que llegó el actual rector, Javier Álvarez Ramos (recuérdese que originalmente no tomó posesión del cargo en las instalaciones de la rectoría de la UNICH, pues la comunidad Unichense mostró su rechazo al nombramiento intempestivo), al ser degradado de Secretario de Educación Pública, e impuesto por el ex gobernador Juan Sabines Guerrero como titular de la UNICH, se dedicó más a la politiquería –apadrinado por Elba Esther Gordillo Morales- donde ha fracasado, antes que a la verdadera academia. Quién sabe si conoce gis y pizarrón. Son evidentes las grandes diferencias profesionales, académicas y de honestidad, entre el fundador de la UNICH, Dr. Andrés Fábregas Puig y el descendiente directo de Elba Esther Gordillo, hoy encarcelada. Seguramente, todo esto explica el fondo de buena parte de la problemática que hoy padece la comunidad Unichense, pero “conociendo las mañas de la bestia, está fácil atajarlo y sacarlo del corral”.  Ya la ex titular del COBACH está lista, el gobernador del estado necesita del espacio y Javier Álvarez Ramos se está poniendo “de a pechito”. Continuará.

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