Piensa, Prensa y Pega.

8 de mayo de 2013

Reflexiones y Precisiones


30 de abril del 2013, martes negro para el ayuntamiento coleto, y posible inicio de un nuevo amanecer para los ciudadanos del municipio de San Cristóbal de las Casas, Chiapas.

Lo ocurrido el “Día del Niño” en la “Función Pública” del Cabildo de San Cristóbal de las Casas, no fue una cuestión menor. Fue un hecho que, por un lado, exhibió las mentiras, marrullerías, irresponsabilidades y limitaciones –por no decir incapacidades- de un ayuntamiento en total desorganización; y por otro lado, mostró los logros que se pueden construir con un pueblo organizado, no solo para la defensa de sus necesidades y la propuesta de soluciones, también para ejercer los derechos y exigir el cumplimiento de las obligaciones del ayuntamiento. De continuar y pulirse más, la organización y estrategias operativas de la “Asamblea Ciudadana”, prometen mucho a favor de los marginados y olvidados.

El 30 de abril, la recién creada “Asamblea Ciudadana” tuvo la capacidad para desvestir, increpar y exhibir totalmente al ayuntamiento coleto, y mostrarlo como lo que es: un asiduo promotor y defensor de los intereses de los empresarios del centro de la ciudad, mayormente; un desobligado para con las necesidades de los habitantes de la periferia urbana y las comunidades rurales; un experto en desgastar, desprestigiar, desanimar y dividir los esfuerzos organizativos de los ciudadanos del municipio; y un cínico en el desempeño de sus responsabilidades constitucionales. La “Asamblea Ciudadana” cumplió con su derecho ante un ayuntamiento farsante: lo puso contra la pared, lo zarandeó, le dio de nalgadas, lo hincó, lo emplazó y le demostró que se han organizado no para jugar y mucho menos para negociar “tras de la casa”. Muy bien hecho.

La “Asamblea Ciudadana”, organización social donde participan mujeres y hombres, jóvenes y adultos, del oriente, poniente, norte y sur de la ciudad, a la que únicamente le faltaría incorporar, lo más pronto posible, a las comunidades rurales, mostró, el 30 de abril, de lo que puede ser capaz un pueblo organizado y bien conducido, para plantear y defender sus derechos y ofrecer sus capacidades para la solución definitiva de las necesidades comunes insatisfechas, y prometerle a la autoridad que estará al pendiente de su trabajo, del cumplimiento de sus obligaciones, de sus compromisos; y que ya no le permitirán más mentiras, dilaciones, “jugadas de pared” y maniobras para entretenerlos, mientras el ayuntamiento coleto elabora, parte y reparte “el apetitoso pastel municipal” entre los de siempre; los empresarios del centro, las familias acostumbradas –y de dudosas costumbres- y el cuerpo edilicio corrupto y prostituído como nunca, acelerada y descaradamente.

La “Asamblea Ciudadana”, por lo que ya se vio el 30 de abril en la “Función Pública del Cabildo”, trae rumbo, potencia y potencial suficiente para alcanzar larga vida –ojalá así sea- en beneficio de todas y todos aquellos ciudadanos marginados, medio atendidos, atendidos con desprecio o tratados con trampas. La Ley Orgánica Municipal, en su capítulo relativo a la Participación Ciudadana, bien puede ser el fundamento legal, para empezar, que oriente y guíe a la “Asamblea Ciudadana”, ahí bien pueden encontrar la brecha y bujía para iniciar un camino prometedor que lleve a la construcción del bien común, y a la consolidación de la “Asamblea Ciudadana” como una institución e instancia organizativa para identificar y defender los derechos de las mayorías. También hay que estar muy alertas en la constitución del “Instituto de Planeación Municipal” que, originalmente, en todos los países en los que existe, en esencia, es una instancia ciudadanizada, y no un instrumento empresarial, como ya se le interpreta e intentará conformar en San Cristóbal de las Casas. La “Asamblea Ciudadana” tiene que estar bien representada en el instituto, en la proporción que se merece y que debe hacer respetar.

Por lo que ya demostró la “Asamblea Ciudadana”, resultan diametralmente diferentes los intereses del “Consejo Ciudadano” coleto, concebido y promovido por los empresarios y “gente bien”, con antecedentes desde hace, aproximadamente, 33 años (que sólo aparece en momentos coyunturales y casi encabezado por los mismos apellidos), cuando los tiempos del gobernador Juan Sabines Gutiérrez y su CODECOM, y los intereses y preocupaciones de la “Asamblea Ciudadana”. A los primeros, según sus hechos, únicamente les interesa consolidar y proyectar más negocios y dinero, proteger sus bienes y agregarle plusvalía a sus propiedades; mientras la “Asamblea Ciudadana” ya demostró, al menos hasta hoy, que nació y buscará crecer y fortalecerse en beneficio de los ignorados de siempre, a los que solamente les dan los sobrantes, mientras las familias de “abolengo”, como ya es su costumbre, se sirven lo mejor, “la maciza”, a tiempo, en demasía y con abuso en grados patológicos.

La “Asamblea Ciudadana”, por lo sucedido el 30 de abril con “los niños del ayuntamiento”, al colocarlos “patas para arriba”, desvestirlos y nalguearlos, debe declararse en alerta máxima. A la autoridad municipal, indudablemente, le dolió e hirió hasta en lo más profundo, e intentará dividirlos, mermarlos, bajarles el perfil, cooptarlos, confrontarlos, desprestigiarlos y aunque sea a mediano o largo plazo, desaparecerlos o desarticularlos paulatinamente, en esto son expertos y cuentan con viejos asesores tras bambalinas.

Los miembros de la “Asamblea Ciudadana” deben comprenderlo y reaccionar en consecuencia; para los mandones de la ciudad y sus intereses, ahora, ellos significan el mayor peligro de los últimos tiempos; los “niños del ayuntamiento” deben comprender que están ante una asamblea con la suficiente fuerza, potencial y dirección, para frenar las ambiciones insanas de los ricos –no todos, los de costumbre- y revertir lo que por décadas ha sucedido en el municipio de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, y ahora sí, que los habitantes del oriente, poniente, norte, sur y las comunidades rurales, nombren a sus autoridades en el próximo proceso electoral, y si no, para empezar, que la “Asamblea Ciudadana” cuando menos, dé “marcaje personal” a este cuerpo edilicio y a los futuros gobiernos. Quien esto escribe, sinceramente, aplaude el esfuerzo y logros que hasta hoy ha podido concretar y amacizar la “Asamblea Ciudadana”, no es nada fácil, no están exentos de riesgos y no es poco lo que ya avanzaron. Bienvenidos; salud, armonía, creatividad, perseverancia, valor y vigor, se les desea a todos ustedes.

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