30
de abril del 2013, martes
negro para el ayuntamiento
coleto, y posible inicio de un nuevo
amanecer para los ciudadanos
del municipio de San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
Lo
ocurrido el “Día del Niño” en la “Función
Pública” del Cabildo de San
Cristóbal de las Casas, no fue una cuestión menor. Fue un hecho
que, por un lado, exhibió las mentiras, marrullerías,
irresponsabilidades y limitaciones –por no decir incapacidades- de
un ayuntamiento en total desorganización; y por otro lado, mostró
los logros que se pueden construir con un pueblo organizado, no solo
para la defensa de sus necesidades y la propuesta de soluciones,
también para ejercer los derechos y exigir el cumplimiento de las
obligaciones del ayuntamiento. De continuar y pulirse más, la
organización y estrategias operativas de la “Asamblea Ciudadana”,
prometen mucho a favor de los marginados y olvidados.
El
30 de abril, la recién creada “Asamblea Ciudadana” tuvo la
capacidad para desvestir, increpar y exhibir totalmente al
ayuntamiento coleto, y mostrarlo como lo que es: un asiduo promotor y
defensor de los intereses de los empresarios del centro de la ciudad,
mayormente; un desobligado para con las necesidades de los habitantes
de la periferia urbana y las comunidades rurales; un experto en
desgastar, desprestigiar, desanimar y dividir los esfuerzos
organizativos de los ciudadanos del municipio; y un cínico en el
desempeño de sus responsabilidades constitucionales. La “Asamblea
Ciudadana” cumplió con su derecho ante un ayuntamiento farsante:
lo puso contra la pared, lo zarandeó, le dio de nalgadas, lo hincó,
lo emplazó y le demostró que se han organizado no para jugar y
mucho menos para negociar “tras de
la casa”. Muy
bien hecho.
La
“Asamblea Ciudadana”, organización social donde participan
mujeres y hombres, jóvenes y adultos, del oriente, poniente, norte y
sur de la ciudad, a la que únicamente le faltaría incorporar, lo
más pronto posible, a las comunidades rurales, mostró, el 30 de
abril, de lo que puede ser capaz un pueblo organizado y bien
conducido, para plantear y defender sus derechos y ofrecer sus
capacidades para la solución definitiva de las necesidades comunes
insatisfechas, y prometerle a la autoridad que estará al pendiente
de su trabajo, del cumplimiento de sus obligaciones, de sus
compromisos; y que ya no le permitirán más mentiras, dilaciones,
“jugadas de pared” y
maniobras para entretenerlos, mientras el ayuntamiento coleto
elabora, parte y reparte “el
apetitoso pastel municipal” entre
los de siempre; los empresarios del centro, las familias
acostumbradas –y de dudosas costumbres- y el cuerpo edilicio
corrupto y prostituído como nunca, acelerada y descaradamente.
La
“Asamblea Ciudadana”, por lo que ya se vio el 30 de abril en la
“Función Pública del Cabildo”,
trae rumbo, potencia y potencial suficiente para alcanzar larga vida
–ojalá así sea- en beneficio de todas y todos aquellos ciudadanos
marginados, medio atendidos, atendidos con desprecio o tratados con
trampas. La Ley Orgánica Municipal, en su capítulo relativo a la
Participación Ciudadana,
bien puede ser el fundamento legal, para empezar, que oriente y guíe
a la “Asamblea Ciudadana”, ahí bien pueden encontrar la brecha y
bujía para iniciar un camino prometedor que lleve a la construcción
del bien común,
y a la consolidación de la “Asamblea Ciudadana” como una
institución e instancia organizativa para identificar y defender los
derechos de las mayorías. También hay que estar muy alertas en la
constitución del “Instituto de
Planeación Municipal” que,
originalmente, en todos los países en los que existe, en esencia, es
una instancia ciudadanizada,
y no un instrumento empresarial, como ya se le interpreta e intentará
conformar en San Cristóbal de las Casas. La “Asamblea Ciudadana”
tiene que estar bien representada en el instituto, en la proporción
que se merece y que debe hacer respetar.
Por
lo que ya demostró la “Asamblea Ciudadana”, resultan
diametralmente diferentes los intereses del “Consejo
Ciudadano” coleto, concebido y
promovido por los empresarios y “gente bien”, con antecedentes
desde hace, aproximadamente, 33 años (que sólo aparece en momentos
coyunturales y casi encabezado por los mismos apellidos), cuando los
tiempos del gobernador Juan Sabines Gutiérrez y su CODECOM, y los
intereses y preocupaciones de la “Asamblea Ciudadana”. A los
primeros, según sus hechos, únicamente les interesa consolidar y
proyectar más negocios y dinero, proteger sus bienes y agregarle
plusvalía a sus propiedades; mientras la “Asamblea Ciudadana” ya
demostró, al menos hasta hoy, que nació y buscará crecer y
fortalecerse en beneficio de los ignorados de siempre, a los que
solamente les dan los sobrantes, mientras las familias de “abolengo”,
como ya es su costumbre, se sirven lo mejor, “la maciza”, a
tiempo, en demasía y con abuso en grados patológicos.
La
“Asamblea Ciudadana”, por lo sucedido el 30 de abril con “los
niños del ayuntamiento”, al
colocarlos “patas para arriba”,
desvestirlos y nalguearlos, debe declararse en alerta
máxima. A la autoridad municipal,
indudablemente, le dolió e hirió hasta en lo más profundo, e
intentará dividirlos, mermarlos, bajarles el perfil, cooptarlos,
confrontarlos, desprestigiarlos y aunque sea a mediano o largo plazo,
desaparecerlos o desarticularlos paulatinamente, en esto son expertos
y cuentan con viejos asesores tras bambalinas.
Los miembros de la “Asamblea Ciudadana” deben comprenderlo y
reaccionar en consecuencia; para los
mandones de la ciudad y sus
intereses, ahora, ellos significan el mayor peligro de los últimos
tiempos; los “niños del
ayuntamiento” deben comprender que
están ante una asamblea con la suficiente fuerza, potencial y
dirección, para frenar las ambiciones insanas de los ricos –no
todos, los de costumbre- y revertir lo que por décadas ha sucedido
en el municipio de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, y ahora sí,
que los habitantes del oriente, poniente, norte, sur y las
comunidades rurales, nombren a sus autoridades en el próximo proceso
electoral, y si no, para empezar, que la “Asamblea Ciudadana”
cuando menos, dé “marcaje personal” a este cuerpo edilicio y a
los futuros gobiernos. Quien esto escribe, sinceramente, aplaude el
esfuerzo y logros que hasta hoy ha podido concretar y amacizar la
“Asamblea Ciudadana”, no es nada fácil, no están exentos de
riesgos y no es poco lo que ya avanzaron. Bienvenidos;
salud, armonía, creatividad, perseverancia, valor y vigor, se les
desea a todos ustedes.
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