Tremendo
y como nunca, estuvo el desfile que encabezó el presidente de
México, Enrique Peña Nieto, el 16 de septiembre en el zócalo
de la ciudad de México.
Esmeradamente,
mostraron y explicaron a los mexicanos, “fierros, aceros,
municiones y personas”, de tierra, aire y
mar, pero estas no tienen las fortalezas y abundancias
suficientes, como para defender la soberanía nacional, sino sólo
les sirvió para disuadir, atemorizar y hacer comprender a la
sociedad mexicana que están preparados para imponer, avasallar,
atropellar y reprimir en “tiempo y forma” cualquier
inconformidad social que amenace sus intereses y la de sus socios
extranjeros. No da para más.
Después
de escuchar y observar el desfile, uno se pregunta: si tienen todos
esos recursos humanos, materiales y tecnológicos, ¿cómo es que no
han podido ni siquiera capturar al “Chapo Guzmán”?, ¿cómo
explican que llevan perdida la lucha contra la delincuencia
organizada?, o ¿ todo lo presumido sólo sirve para desfiles?
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