Piensa, Prensa y Pega.

4 de junio de 2015

CIUDAD, DESGRACIA

Hace 34 años, diariamente de lunes a viernes y durante dos años, por cuestiones de trabajo, tenía que cruzar la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, capital del Estado, de Oriente a Poniente. Puedo decir que era una ciudad bonita y agradable, se disfrutaba. Con sus calles y avenidas más limpias que ahora; con bastantes árboles pequeños y de regular tamaño; con camellones poblados de flores; con las fachadas de las casas y edificios, regularmente pintados y en buen estado; y mayormente, con calles y avenidas en condiciones buenas de pavimentación. 

El reciente fin de semana, por necesidad, tuve que realizar el mismo recorrido y me encontré con una ciudad en desgracia, donde pareciera que no hay ningún gobierno y que adolece de una administración pública que se ocupe de su funcionalidad y fisonomía.

Ciudad en desgracia parece cuando se la observa con basura por todos lados; muy escasamente arbolada; con muy pocas o nada de flores; con un trabajo visualmente pesado y chocante, realizado con lajas; con edificios y casas en el descuido casi total de sus fachadas; con sus calles y avenidas hechas una desgracia en su pavimento; con una fluidez vehicular anárquica y agresiva; y con exagerados ruidos y olor a combustible, provocado por los automóviles, entre otras desgracias.

Pero lo que más llama la atención es que el palacio de Gobierno del Estado, donde debe atender a los ciudadanos el gobernador Manuel Velasco Coello, estácon fierros, escudos y blindajes en todos sus frentes. ESTO ES UN GOBERNADOR ATENDIENDO DENTRO DE UNA JAULA.


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