Reflexiones y Precisiones

Sobre una forma de trabajo, socialmente improductiva; irracional, insensible y peligrosa

Los partidos políticos en Chiapas han escogido como forma de trabajo para conseguir más poder; la división de las familias, la confrontación de vecinos y la división de los barrios, colonias y comunidades: un Estado hecho pedazos y en múltiples colores. Ya en la entidad, todo lo tienen fracturado y mantienen las relaciones en lo irreconciliable, y los únicos que salen ganando, de momento, son los politiqueros que de eso viven y muy bien. 

Hacia donde se vea, en Chiapas, nos encontramos con municipios totalmente divididos por colores y lemashuecos que transmiten nada sustantivo, nada coherente, nada útil para una sociedad muy necesitada de atención, iniciando por sus insatisfacciones y preocupaciones más elementales y diarias: alimentación, seguridad, empleo, vivienda, educación y de manera especial, certidumbre en el futuro de millones de niños y jóvenes que no merecen vivir en una sociedad insegura e insatisfecha en sus necesidades básicas. Una sociedad enferma y en estado agónico por tanta irresponsabilidad social de sus gobiernos, por la excesiva corrupción en sus autoridades, por tanta impunidad hacia los abusos y atropellos cometidos por quienes deben respetar y hacer respetar las leyes, por tanto extravío en aquellos y aquellas a quienes les corresponde PROCURAR E IMPARTIR JUSTICIA. Una sociedad y gobierno: divorciados, divididos, confrontados y olvidados de sus obligaciones y responsabilidades comunes. 

 

Mayores injusticias y peores padecimientos sociales

Frente a una realidad en el desastre casi absoluto, ante la cual las autoridades y los ciudadanos deberían estar ocupados en buscar, hasta encontrar, las mejores formas para superar las situaciones de emergencia nacional; las autoridades sólo se dedican a mentir y a simular ocuparse de sus obligaciones; y la mayoría de los ciudadanos, por comodidad, desinterés o cobardía, dejan todo en las manos y las patas de las autoridades: no se organizan para CRITICAR Y PROPONER, EXIGIR Y APORTAR, VALORAR Y CORREGIR. Todos trabajando en la misma frecuencia, con el mismo objetivo, en el mismo idioma, con el mismo tono y empujando en la misma dirección: hacia la consecución de una realidad donde cada uno cargue según sus fortalezas y disfrute, según su esfuerzo.

Los únicos ganadores en una sociedad dividida en colores y por lemas bofos, son los malos gobiernos, quienes de esta manera construyen las condiciones que necesitan para mantener y alimentar a una sociedad DESORGANIZADA. Desorganizada para razonar y encontrar el mejor camino para la consecución del desarrollo común; desorganizada para unir las fuerzas necesarias que le permitan echar de la sociedad, todo aquello que la divide y confronta; desorganizada para presentar e imponer, si fuera necesario, el camino correcto para superar las condiciones de pobreza e injusticia; desorganizada para hacer valer sus derechos y exigir que los gobiernos cumplan con sus responsabilidades; desorganizada para hacerse ver, escuchar, sentir y respetar. 

Ningún resultado positivo, socialmente, se debe esperar en una realidad tremendamente dividida, como la mexicana, donde cada color siente y trabaja como si poseyera la verdad absoluta, el conocimiento completo, la vida eterna. Como si fueran honrados, cuando sobran las evidencias para demostrar que no lo han sido, que son bandidos; como si fueran sinceros, cuando abundan los ejemplos para llamarlos hipócritas; como si supieran comportarse humildes, cuando lo soberbio hasta lo sudan; y como si fueran leales a las mayorías, cuando es obvio que siempre se han comportado traidores a un pueblo que ha confiado en ellos y ellas, y que hoy lo tienen en la peor de las desgracias: condenados a morir de hambre, de alguna enfermedad curable, en la cárcel o de un balazo. 

Del color que hoy pinten a los hombres y mujeres mexicanas, nada bueno asegura en el corto y mediano, plazos. Independientemente de que el PRI, PAN, PRD, VERDE, CELESTE, MORENO, PT u otro, logre colorearpersonas, nada sustantivamente bueno estarán en condiciones de emprender y consolidar, mientras persistan en hacer política, gobierno y administración pública: encerrados, endiosados, fingiendo, en la sordera profunda, en la mudez insultante y mediante la soberbia agresiva con que acostumbran desempeñar sus actividades diarias. Esta, generalmente, es la conducta y el perfil, humano y profesional, de un político y gobernante mexicanos. Esta es la forma de comportamiento y la hechura que urge echar de territorio mexicano. Iniciando por acá, aunque se avance poco, se lograría mucho; aunque no haga ruido, se escucharía de lejos y aunque sea pequeño, se distinguiría muy bien.