Como es costumbre todos los lunes, en
San Cristóbal de las Casas, Chiapas, frente al edificio de la
presidencia municipal, este 7 de mayo se organizó todo para llevar a
cabo la ceremonia cívica de cada semana. Ese día, a las 9 de la
mañana, la banda de guerra del Ejército Mexicano inició sus
actividades previas de acompañamiento, con la energía, disciplina y
solemnidad con que siempre lo hace.
Desde hace mucho, todos los inicios
de semana, en la explanada de las instalaciones del gobierno
municipal, se dan cita los integrantes del Ayuntamiento en funciones,
los directores y subdirectores de área de la administración
municipal, los empleados de confianza más cercanos al presidente(a),
una institución educativa invitada por la autoridad local, militares
encabezados siempre por alguien de alto rango castrense, curiosos del
lugar y turistas nacionales y extranjeros que nunca faltan.
Este 7 de mayo, inició la ceremonia
respectiva con la presencia de casi todos los que siempre asisten,
notándose la ausencia del Ayuntamiento que, atropelladamente, apenas
alcanzó a llegar tarde e incompleto. De los 16 miembros que
componen el cuerpo edilicio, sólo asistieron dos: la presidente
municipal Victoria Cecilia Flores Pérez y la regidora Irma Francisca
Pérez Luna. Nadie más llegó mientras se desarrollaba el acto
oficial.
También fue evidente que del 100% de
los directores, subdirectores y colaboradores de mayor confianza del
gobierno municipal, no se presentaron ni el 20%. Y por si faltara y
como para dejar testimonio fotográfico y en audio y video, el
maestro de ceremonia anunció que el Ayuntamiento de San Cristóbal
entregaría un reconocimiento a la escuela primaria “Flavio A.
Paniagua”, que en esta ocasión fue la invitada. Solas, muy solas y
compungidas, la presidente y la regidora entregaron el documento al
representante de la escuela que en esta ocasión les hizo compañía.
Lo sucedido el 7 de mayo, donde se
pudo ver claramente la desorganización extrema, la falta de
liderazgo, el pobre poder de convocatoria y que el Ayuntamiento de
San Cristóbal de las Casas, Chiapas, en la práctica, ya no existe;
como acostumbran calificar las autoridades: ahora sí resulta
“histórico”. Para que no queden dudas y previendo el que a esta
nota se le intente calificar de falsa o exagerada, aquí se publican
algunas de las gráficas más ilustrativas. Por elemental “respeto
a la autoridad”, sólo algunas, porque en otras, se les observa
como queriendo llorar o desmayarse.
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