Con todo respeto.
Gobernador Manuel Velasco Coello, agarre
juicio. ¿Por qué tanto
esmero para hacer el ridículo?
La boda, por sí sola, en nada ayuda a imprimirle rumbo
social y resultados positivos a su gestión política y administrativa.
La boda, ningún ingrediente con valor político puede llevar o atraer, a un gobierno verde por donde se le
busque y frívolo por donde se le vea.
La boda, obsérvela bien, en nada le contribuye
capacidad y potencial, para la ansiada presidencia de la República Mexicana
que usted pretende.
La boda en esta coyuntura política, si la
analiza y pondera correctamente, le puede atraer más
animadversiones que simpatías decisivas para afianzar una carrera
política.
La boda, por las prisas y sigilo con que se dio, más se pareció a cuando los padres casan por la fuerza
a los niños que “se resbalaron", y no a un plan
estratégico para intentar llegarle a la titularidad del poder Ejecutivo
Federal.
La boda, vista desde una óptica amplia y
no de polítiqueros, lo único que hace es obligarlo a sacar todo
el cuerpo y de esta manera, exponerlo prematuramente, a los francotiradores
colocados por sus potenciales adversarios a la presidencia de México.
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