Piensa, Prensa y Pega.

16 de marzo de 2011

Reflexiones y Precisiones

Lo que hoy sucede con el Ayuntamiento de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, en términos de lo que ofrecieron durante la campaña política y han podido dar durante los ya casi 3 meses de “Administración y Gobierno”, es ampliamente decepcionante, reprochable y debiera ser ejemplo para futuras administraciones al momento de establecer la propuesta de miembros para el Ayuntamiento, durante las ofertas en la contienda política y en la definición y operación de las acciones estratégicas de despegue e impacto para los primeros 100 días de gobierno.

Lamentablemente, lo que observamos en San Cristóbal se puede escuchar o leer que viene sucediendo en la generalidad de los municipios de Chiapas: falta de comprensión de la magnitud, peso y alcances de sus obligaciones y facultades; incapacidad para asumir sus derechos ante el gobierno del estado; desorganización, inexperiencias, demandas que no se pueden cumplir, escasez de recursos, abiertas luchas internas por el poder municipal, intromisiones e intimidaciones desde el Gobierno del Estado, desesperadas acciones mediáticas sin el sustento debido, campañas excesivas de autocomplacencias, y abiertas inversiones, de todo tipo, para abonar por futuros cargos políticos.

Ninguno de los principales ayuntamientos chiapanecos olvida contratar a sus globeros, los personajes esos cuyo oficio es inflar todas las pequeñas ideas y acciones que medio desarrollan los gobiernos municipales, asesorados por sujetos de medio pelo, vividores de la barba entera.

Si en el estado de Chiapas revisamos con detenimiento cómo opera todo lo político y económico hacia los 118 municipios de la entidad, se puede afirmar que aquí no existe el Municipio Libre -en lo esencial y hasta en lo trivial-, que el Artículo 115 Constitucional es letra muerta y enterrada, desde hace mucho. Lo sustantivo de la vida económica, política y de bienestar social, en general, de las municipalidades, lo decide el gobernador en turno o sus secretarios, por instrucciones de él desde la capital chiapaneca. Muestras, se dan diariamente y sobran.

En ocasiones, no pocas, hasta a los artistas para las ferias municipales, los escoge, envía, paga y disfruta el Ejecutivo estatal. Eso sí, formalmente, cuidan bastante bien que todo parezca que lo propone y dispone el pueblo, y que el ciudadano, seriamente se está empoderando. Pura apariencia con sabor a burla y olor a estiércol, que aplauden los ayuntamientos, alimentando decepciones y desconfianzas de los ciudadanos hacia ellos.

Ahora en Chiapas, en los ayuntamientos se vienen presentando cuestiones muy críticas, a las que no le atinan por dónde empezar; no saben qué hacer; no tienen con qué avanzar; deambulan entretenidos, perdidos y ya desgastados con lo inmediato y urgente de los primeros 3 meses, no encuentran cómo hacerle para sostener el nivel de atención, opinión y aceptación que los llevó al poder, ese que hoy no aprenden a maniobrarlo para traducirlo en “el cambio” favorable que ofrecieron a los ciudadanos.

En el Ayuntamiento de San Cristóbal de Las Casas, las condiciones de abotargamiento con que se conducen, los está llevando a incurrir en acciones tardías y peligrosas, que si se revisan les resultan contraproducentes, ellos mismos están acercando elementos -que facilitan argumentos- para calificarlos como incongruentes, de formación pobre, de habilidades chambonas y de discurso bofo.

El 8 de marzo, en la “Función Ordinaria del Cabildo” presentaron su Código de Ética y Código de Conducta y como en una obra de teatro, montada con prisas, a poco más de una docena de empleados les hicieron firmar una “carta compromiso”. Para empezar, si están convencidos de lo que hacen, este documento lo debieron haber presentado y signado, todos desde hace más de dos meses, y si entendieran y practicaran lo que ahí expresan, tal vez irían menos mal.

En el Código de Ética y Código de Conducta, documento con abundante retórica y 93 errores, hacen referencia a conceptos que en casi 3 meses de desempeño los han practicado a su conveniencia, de manera tardía o abiertamente contraria a como lo definen. Ejemplos: Profesionalismo: a casi 9 meses de que fueron nombrados como Ayuntamiento electo, todavía no han podido elaborar y presentar públicamente su Programa de Desarrollo Municipal y el consecuente programa de trabajo. Transparencia: en dos meses no han cumplido con publicar mensualmente la nómina de los empleados municipales, en los términos que la ley obliga. Congruencia: ofrecieron ciudadanizar y empoderar, y hasta hoy, el grueso de su quehacer apenas medio ha llegado a las diversiones, entretenimientos y distracciones, que las bautizan como “cultura” y “empoderamiento”.

En el Código de Ética y Código de Conducta, hablan de legalidad y a casi 3 meses de protestar “cumplir y hacer cumplir las leyes”, se practica el nepotismo y hay no pocos empleados –como la Coordinadora de Relaciones Públicas- que cobran un salario sin tener nombramiento ratificado públicamente por el Ayuntamiento. Responsabilidad: en 75 días de ejercicio administrativo, se han conducido sin el más elemental Manual de Funciones. Honestidad: en el asunto de las “tiendas y las instalaciones deportivas”, a los ciudadanos les proponen una cosa y con el gobierno del estado trabajan otra distinta, como lo demostró con documentos MIRADA SUR. Eficacia: no han acertado –en 75 días- a encaminar correctamente los asuntos “Mercado del Norte”, “la basura”, “Servicios Deportivos Municipales”, “Andador La Almologa”, y otros que no tardan en hacer crisis.

En el Código de Ética y Código de Conducta, se refieren a Respeto, Tolerancia, Vocación de Servicio, Integridad y Equidad, sin embargo, en 75 días, ya la policía municipal tiene una demanda en contra presentada por periodistas, y en las sesiones públicas del Cabildo, a los ciudadanos no se les permitía hablar, hoy sí, pero se les limita y condiciona su participación.

En los famosos Códigos abordanEcología y Justicia Social, pero en 75 días que llevan como ayuntamiento, en el ecocidio de “El Huitepec”, donde talaron, clandestinamente 112 árboles, quedaron como tímidos complacientes o cómplices por temor, cuando menos. Cómo justicia social si en el DIF de Luis Felipe Cancino Maldonado, le pisotearon sus derechos laborales a doña Rosa María Hernández Pérez, la trabajadora que ayudó de madrugada en los funerales del obispo Samuel Ruiz García.

Y así se podría continuar con más testimonios que dan cuenta de la farsa, ineptitud, incongruencia, insuficiencias y extravíos deliberados del Ayuntamiento coleto que ofreció “cl cambio” y “ciudadanizar”, y que no necesitó ni 80 días para demostrar que tiene madera para iniciar y concluir, en tiempo y forma, como el peor en los últimos 18 años.

P.D. Si algún lector o alguien del gobierno municipal se interesa por conocer los 93 errores cometidos en la elaboración del documento “Código de Ética y Código de Conducta”, lo puede solicitar a la dirección general de MIRADA SUR, y como cortesía, con gusto se le enviará al correo electrónico que se nos indique.

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