Piensa, Prensa y Pega.

23 de marzo de 2011

Reflexiones y Precisiones

La “gira de trabajo” a Chiapas de Heriberto Félix Guerra, Secretario de Desarrollo Social, bien puede representar un buen ejemplo de la manera irresponsable y abusiva con la que los funcionarios públicos utilizan los recursos públicos en su beneficio, en primer término, y en un segundo momento, en este caso, intentan convencer a los chiapanecos de que ellos y su partido han cumplido, y que por esta razón, Chiapas es ya menos pobre y marginado que antes.

En la visita a Chiapas de Félix Guerra, los días 15, 16 y 17 de marzo, por los municipios de San Andrés Larráinzar, San Cristóbal de Las Casas, Tuxtla Gutiérrez y Tapachula, no desaprovechó ningún momento para gritar, casi de manera desafiante, que aquí la pobreza disminuye, que los programas oficiales son los mejores y un éxito, que se incrementarán los recursos para los pobres, que la coordinación institucional es excelente y que Chiapas es ejemplo de combate frontal a la pobreza. Sólo le faltó decir –aunque estaba implícito- que se debería continuar votando por el Partido Acción Nacional y que el próximo candidato a la presidencia de la república, sería él.

Para empezar y concluir, de un plumazo, el Secretario de Desarrollo Social debe visitar la página web del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), y ahí encontrará de forma pormenorizada y con cifras duras, que todo aquello que vino a presumir y festejar a Chiapas, son mentiras, no tienen soporte y sí pueden constituir una buena cátedra de cinismo oficial y desvergüenza.

El Coneval documenta con claridad y precisión, que en Chiapas la pobreza, en todas sus formas, ha aumentado, que su velocidad se ha incrementado, que las injusticias sociales derivadas de todo esto, se han multiplicado de manera dramática y en consecuencia, se puede decir categóricamente que los miles de millones de recursos públicos, cuando menos, destinados a los chiapanecos en los últimos 16 años, han sido orientados incorrectamente, pésimamente aplicados y cuando le han atinado a algo, los recursos han resultado insuficientes o definitivamente ridículos.

El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), proporciona elementos socioeconómicos contundentes y sobrados, para sostener que Chiapas no es un buen ejemplo en el combate a la pobreza, que sí puede representar una excelente muestra de fracasos institucionales, simulaciones gubernamentales y mentiras oficiales. Da para aseverar que los chiapanecos no van camino al paraíso terrenal, que las condiciones materiales en que viven son equiparables a países africanos de los más pobres y que las condiciones sociales injustas que dieron vida y brío a la lucha armada de 1994, cuando apareció públicamente el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, han empeorado sensiblemente.

Las particularidades y generalidades del escenario socioeconómico chiapaneco, son de verdadera preocupación, y desde hace mucho ameritan un trato profesional y urgente que ningún gobierno parece interesarle seriamente, cuestión que algún día todos habremos de padecer y pagar.

Según los ruidos nacionales y ecos locales, todo parece indicar que Heriberto Félix Guerra, titular de la SEDESOL, tal vez podría ser el equino azul de Felipe Calderón, y por su comportamiento, pareciera que ya le soltó la rienda para que recorra el país, utilizando su cargo y los recursos públicos a su alcance, para abonar a su probable candidatura. En su gira por Chiapas, de acuerdo con la información pública oficial, Heriberto Félix Guerra “evaluó” tendenciosamente; comprometió dineros como si fuera el presidente de México; ofreció, conduciéndose casi como candidato oficial; convocó pobremente, como si ya estuviera en campaña; y seguramente, en todas sus reuniones privadas, casi clandestinas –de imposible acceso a medios de comunicación independientes y personas comunes- con empresarios disfrazados de “sociedad civil”, se dejó ver, querer y admirar, como el futuro potro de Calderón Hinojosa para sucederlo en el 2012.

Como la cuestión política en México, en sus diferentes niveles, es un asunto de mafias y mañas absolutamente prostituidas, difícilmente se puede afirmar desde ahora que Heriberto Félix Guerra llegará y será el próximo candidato del PAN a la presidencia de la república y que ganará. Sin embargo, a su reciente paseo por estas tierras y cielos, se le pueden señalar algunas pobrezas y extravíos adicionales que dejó ver en sus pasarelas con disfraces por 3 regiones de la entidad.

Si el recorrido por Chiapas del Secretario de Desarrollo Social, era para medir y destacar los resultados de 4 años de “administración y gobierno” del presidente Felipe Calderón, sumadas todas sus expresiones, con cifras y proyecciones -profesionalmente evaluadas-, no alcanzan para medio vestir y maquillar a Felipe Calderón, y sí dan para decir que Félix Guerra no supo cumplir con la encomienda en Chiapas, y no fue capaz de hacer lucir a Calderón, como demandan las urgencias y los deseos oficiales. Ahora, si los 3 días aquí eran para que Heriberto Félix Guerra construyera presencia y compromisos, mostrara tamaños, color, sabor, sentido del humor, tablas y talla; desaprovechó lo importante, se entretuvo y conformó con trabajar apariencias muy limitadas, y aceptar cortesías demasiados sobadas. Su desempeño fue muy pobre y pálido, más si consideramos la magnitud de los recursos ilimitados que tuvo a su alcance y que, por los resultados, no supo utilizar.

Por ejemplo, a Heriberto Félix Guerra en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, utilizando todos los programas oficiales y las estructuras operativas de cuando menos 5 municipios, le llenaron la plaza de toros donde se calcula caben alrededor de 5 mil personas, sin embargo, lo único fuerte y claro que se le ocurrió decir fue ¡Plaza llena!, sí, pero no previó los toros apropiados, los jueces imparciales que le dieran credibilidad y menos se supo conducir, siquiera, como regular torero. Además, no tuvo el cuidado de presentarse con un equipo de seguridad y acompañamiento discreto, pues por el número y los ostentosos vehículos que lo transportaban, parecía que el jefe de un poderoso cártel había llegado a la ciudad, y no el titular de la SEDESOL, en campaña.

En la plaza de toros “La Coleta” de San Cristóbal, Heriberto Félix Guerra estuvo frente a, cuando menos, 5 mil personas, ahí, si revisamos el contenido de la grabación durante su participación, no parece Secretario de Estado, no ponderó y promovió adecuadamente, como él debiera, a su presidente Felipe Calderón y no aprovechó el escenario para mostrar que tiene madera y molde para ser buen candidato del PAN a la presidencia de la república. El equipo humano que lo rodea, más parece escogido para organizar tardeadas y concursos de aficionados, que para impulsar y acuerpar una campaña política nacional exitosa.

Lo único y más importante que nuevamente quedó claro en Chiapas, con el recorrido y las concentraciones políticas organizadas, es que los estratégicos instrumentos oficiales para cazar, almacenar, acarrear y manipular el voto en las próximas elecciones federales, serán los programas: oportunidades, pisos firmes, 70 y más, 3 por uno, hábitat, becas escolares, espacios públicos, liconsa y jornaleros agrícolas, entre otros, eso sí fue evidente. Claro, en Chiapas todo deberá, en su momento, empiernarse con el “Chiapas Solidario”.

Quién sabe hasta dónde resulte cierto que el Secretario de Desarrollo Social del país, pueda llegar a ser el equino azul de Felipe Calderón Hinojosa, para la candidatura a la presidencia de la república del 2012. Sea como fuere, el presidente Calderón tiene que sopesar muy bien su decisión. Si Heriberto Félix Guerra es en público y privado como se dejó ver y saludar durante su reciente visita a Chiapas, luce demasiado viejo, falso y verde, y aún con todo el apoyo oficial, tiene mucho para un desempeño pobre y abundancia para una cosecha escasa.

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