Piensa, Prensa y Pega.

8 de junio de 2011

Reflexiones y Precisiones

*Documento elaborado antes del 7 de junio.

La lucha por hacerse del poder político y económico en Chiapas, en el contexto del proceso electoral federal y estatal que se avecina, cada día adopta tonos y matices más preocupantes y riesgosos para las cabezas de grupos dedicados a la política bofa y a los negocios fáciles y jugosos. No se conocen antecedentes de ningún tipo, donde existan y se guarden hechos de enfrentamientos abiertos tan elocuentes y duros, como los que hoy se dan entre un ex gobernador de Chiapas y otro todavía en funciones.

Se puede afirmar que Pablo Salazar Mendiguchía, en los 55 meses que lleva el gobernador Juan José Sabines Guerrero, de manera abierta o “discreta”, nunca ha dejado de manifestar su debilidad por Chiapas, con sus recursos y potenciales ganancias que ya alguna vez disfrutó a su antojo; las que compartió con sus colaboradores, aquellas que les acercó a sus familiares, las que saborearon y aún degustan sus amigas y todo lo que dejó en herencia a aquell@s que se ganaron sus afectos y favores. No pocos son quienes hasta el día de hoy, continúan viviendo, bien y lo harán toda la vida, gracias a la atención que del ex gobernador recibieron, aunque lo nieguen y en estos momentos “difíciles” para Pablo Salazar, la mayoría de ell@s, cuiden muy bien sus expresiones y movimientos, más por cobardía que por prudencia, más por cuidar su futuro, olvidando la lealtad y gratitud que le deben al pasado y que nunca han tenido.

Hurgando en las vivencias y recuerdos de algunos viejos conocedores de la política chiapaneca, encontramos que, unos más otros menos, ningún gobernador ha escapado a la tentación de ampliar su poder más allá de los 6 años para los cuales son electos. Intentan imponer sucesor y armar sus cuadros políticos que los posicionen en los ámbitos Federal, Estatal y Municipal, para que cuiden de sus espaldas, para que les disminuyan los malos olores que emanarán al entregar el poder y de ser posible, si necesitaran, ayuda para evitar el probable amarre de manos, mañas, reclamos sociales y consecuencias jurídicas que puedan derivarse de abusos en el ejercicio del poder.

Hace más o menos 5 años, cuando quedó formalizado que Juan Sabines Guerrero sería el próximo gobernador de Chiapas, por su edad y formación, por su vertiginosa carrera política, por su débil experiencia administrativa, por su origen y las características de “El equipo” que le acompañaba, por su frágil presencia en la geografía chiapaneca, por las particularidades de todo tipo que hicieron crecer su candidatura, y sobre todo, por las condiciones de compromisos que posibilitaron su gubernatura, a todos hacía confiar y afirmar que Pablo Salazar, como nunca y nadie, había logrado prolongar su mandato, para empezar, de 6 a 12 años, y así inició el gobierno de Sabines Guerrero. A 55 meses de la administración de Juan Sabines, se les puede decir a todos aquellos, incluido Pablo Salazar, que se equivocaron y no sólo eso, sino que ahora –algunos- corren el grave riesgo de ir a parar a la cárcel o cuando menos, esconderse, huir de Chiapas o del país.

¿Quién no recuerda hace 55 meses, cuando tomó posesión del cargo Sabines Guerrero y luego anunció su gabinete legal, todo con olor y sabor a Salazar Mendiguchía? Personas de la absoluta confianza de Pablo Salazar en el manejo de la política interior. Con la rúbrica Salazar, el ejercicio y control de los recursos económicos; aroma Salazar en la “Seguridad Pública”; Pablo, en la “procuración de justicia”; Salazar Mendiguchía en la planeación, programación y ejecución de la obra pública; y por supuesto, también la presencia de Pablo en el primer círculo técnico, de asesorías, promociones y decisiones. Todos los flancos importantes previstos y cubiertos por Pablo Salazar, así comenzó el gobierno de Juan José Sabines, que hoy concluye enfrentado públicamente, con provocaciones mortales o cuando menos, con heridas que tardarán más de un sexenio en sanar.

Hace 55 meses, todo empezó con el poder en manos del ex gobernador. El dinero, la política y la mayoría de capacidades institucionales, a su alcance y servicio, y por si le hiciera falta, un Congreso Local con diputad@s que llevaban y presumían el sello de Salazar Mendiguchía. Un Poder Judicial con la firma de Soyaló; 118 ayuntamientos más identificados con Pablo Salazar que a las órdenes de Sabines Guerrero; una camada de partidos políticos, penetrados y condicionados por Salazar Mendiguchía; prominentes y pequeños empresarios, pendientes de cualquier instrucción o leve insinuación, que agradara a Pablo, antes que convencidos de comprometerse con Sabines Guerrero. Así inició “El Corrido” que hoy pudiera terminar en descalabros, lisiados y el conocimiento público de secretos íntimos que seguramente han guardado ambos contendientes. Sólo es cuestión de que la comunicación y el ambiente se calienten un poco más. Todo puede suceder, si los jinetes pierden los estribos o menosprecian a sus caballos.

Ahora, a 18 meses de que Juan Sabines Guerrero entregue el Poder Ejecutivo Estatal, con lo que conlleva y significa para un gobernante en funciones, los escenarios políticos, administrativos y económicos, comparados con lo que sucedía hace 55 meses, se han alterado. A Pablo Salazar ya le acortaron drásticamente su margen de maniobra; le han mermado sensiblemente la presencia y peso que detentaba, presumía y cosechaba en la entidad. Sabines Guerrero ya les da muestras, en el lenguaje que ellos acostumbran, que controla la rienda, las alforjas, la riata y el fuete del potro en el que lo montaron; y como siempre ha sucedido, hoy el gobernador Juan Sabines también no ha resistido la tentación de hacer su lucha por colocar a un próximo mandatario estatal identificado con él, que lo cuide de futuros ataques políticos, que le pase calor y corriente, que no le rasque al pasado y de ser posible, le permita aunque sea una pequeña parcela de poder, para que se entretenga, viva animado y se sienta “útil”.

Observando con cuidado todo lo aquí expuesto, y con mayor detenimiento en el intenso y crudo intercambio epistolar que se viene dando en las últimas semanas, se observa que cada vez más se descompone “la relación” entre Pablo Salazar y el gobierno de Juan Sabines, particularmente por el caso “Stan”. Por ello puede concluirse que el actual gobierno no tiene como objetivo primordial el combate a la corrupción y el castigo por los abusos cometidos en el pasado, que tanto urgen, y no sólo ese, no, podría afirmarse que obedecen única y exclusivamente a una tardía, tosca y terca estrategia de intimidación, arrinconamiento y chantaje, políticos –con las necesarias persecuciones y encarcelamientos-, que buscan alejar a Salazar Mendiguchía de las presentes y futuras decisiones políticas a tomar en Chiapas. Al mismo tiempo que pretenden aclararle, alfombrarle y abonarle el camino a Don Juan, para que con tranquilidad y holgura arme el personal y tablero político que necesita -como lo hizo Pablo Salazar en su momento-, que le garantice, en lo posible, una transición tersa, un retiro sin sobresaltos, el disfrute reposado de las riquezas atesoradas y sobre todo, la posibilidad de conservar algo de poder que le permita vigencia política, presencia duradera, esa que tanto extrañan, añoran, lloran y padecen los políticos en el retiro, voluntario o forzado.

No hay comentarios: