Piensa, Prensa y Pega.

19 de junio de 2013

EL ASESINO



Los políticos han de creer que los ciudadanos no ven y que no tienen la capacidad mínima para analizar lo que sucede a su alrededor. Los políticos desprecian el sentido común de los ciudadanos, y la buena malicia que han desarrollado como resultado de las experiencias vividas con los malos gobiernos.



El 12 de junio, en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, “el pueblo más mágico entre los pueblos mágicos”, se supo del feminicido de Viridiana Flores Ramírez; que había sido Omar Fernando Rosales Toledano, secretario del Senador verde-ecologista, Luis Armando Melgar Bravo; que la autoridad tuvo a su alcance al asesino y que se le había “esfumado”; y que era inocultable la intervención del Senador, para que todo quedara en la total impunidad.



Primero, indudablemente, cuando hicieron que el asesino asistiera al ministerio público y sintió “frio”, pidió auxilio a su patrón; segundo, su patrón llamó a su gran amigo, el gobernador, y, como el asesino, el senador y el gobernador son verde- ecologistas-¸ decidieron ayudarlo y facilitar el escape; tercero, cuando la noticia, en pocas horas, traspasó las fronteras del estado y encabezó las notas de medios nacionales como “Proceso” y “El Universal”, involucrando al Senador Melgar Bravo, éste y su gran amigo midieron lo que se les venía y concluyeron que resultarían peligrosamente manchados. Fue entonces que decidieron recular y dar la contraorden de ¡agarren al asesino!, ¡hágase justicia!, ¡aplíquese la ley! Ya para qué, había quedado claro que el tráfico de influencias y la complicidad, existieron.

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