Piensa, Prensa y Pega.

26 de junio de 2013

Reflexiones y Precisiones



TRISTEZA Y CORAJE da escuchar lo que dice el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, cuando sale de gira internacional: primeramente, podría uno pensar que ya anda en campaña con costo a los mexicanos, trabajando para obtener algún cargo en cualquiera de los organismos internacionales dedicados a llevar las riendas de la economía mundial, al servicio de los países más ricos y que por ello utiliza el lenguaje con el que pretende llamar la atención y congraciarse con los dueños del capital financiero de los diferentes continentes. Enrique Peña Nieto, cuando viaja a otros países, parece un tendero de pueblo intentando, a cualquier precio, vender o más bien, rematar las pocas existencias de su tienda: ofreciendo los recursos naturales y humanos a los tiburones de la economía del mundo; en las condiciones más atractivas para ellos y las peores para el pueblo de México.

Enrique Peña Nieto, en su visita a otros países, se asemeja mucho a un vendedor en crucero de vía pública, el que bien pintarrajeado y vestido para la ocasión, a como dé lugar, busca comercializar o mal vender lo que tenga a la mano: el patrimonio de los mexicanos. Sale a mal ofrecer petróleo, energía eléctrica, recursos naturales en general, mano de obra barata, una legislación laboral apropiada para ejercer una explotación mayor a hombres y mujeres; normatividad fiscal tierna y flexible para las compañías transnacionales; y seguridad amplia para que los más ricos incrementen groseramente sus riquezas y para que los más pobres únicamente puedan multiplicarse y garantizar la fuerza de trabajo que ellos necesitan en condiciones casi de esclavitud. Principalmente, es lo que sale a ofrecer al exterior Enrique Peña Nieto, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos. Más felicidad para los de allá y más miserias para los de acá. De traición a la patria debería acusársele a Enrique Peña Nieto y a los poderes legislativo y judicial que se lo permiten.

FELICITACIONES A MANUEL VELASCO COELLO¸ GOBERNADOR DE CHIAPAS. El cerebro que lo cuida y opera desde hace más de una década, en la ciudad de México, le funciona muy bien, lo procura y logra acercamientos frecuentes con Enrique Peña Nieto y personajes importantes del gabinete federal, pero todo esto de nada le sirve y puede resultarle hasta contraproducente si sus colaboradores en Chiapas no entienden lo que esto significa, los compromisos que implica, la oportunidad que representa, las responsabilidades que conlleva y los riesgos que se corren. Hasta hoy, mayormente, todo ha sido desaprovechado y lo ejemplifica el hecho de que en siete meses que lleva en el poder Manuel Velasco Coello, su “equipo de trabajo” no le ha funcionado para lo que se necesita. Para empezar, ni siquiera se ha terminado de nombrar a la totalidad de su gabinete principal y ampliado; un jefe de gabinete, en sentido real y estricto, no existe; mandan varios o los que pueden y no hay un responsable formal. Simulan un “Plan Estatal de Desarrollo” producto de los ciudadanos, simulan gobernar, simulan división de poderes, simulan combatir la corrupción del gobierno anterior, simulan entender la realidad social, simulan acciones de impacto, simulan estar al servicio de la sociedad, simulan trabajar bien y solamente dan vueltas y vueltas, para terminar haciendo lo mismo que hacían los gobiernos que les precedieron, los que se conducían en la total irresponsabilidad social, esa que llevará a mayores niveles de endeudamiento, a más despilfarros económicos, a más corrupción y a peores condiciones infrahumanas al pueblo chiapaneco.

Por los resultados obtenidos en siete meses, se puede asegurar que en el “equipo Chiapas” y la federación, le han fallado a Manuel Velasco Coello. Han llegado a la entidad: el Gabinete Federal en pleno, junto con representantes del poder Legislativo y Judicial; los principales grupos de poder económicos; y los verdaderos “jefes” de los institutos políticos de México, pero en siete meses, por los hechos y frutos obtenidos, se puede afirmar que nada bueno han traído para aliviar la difícil situación por la que atraviesa el pueblo chiapaneco. Las visitas no se han traducido en apoyos útiles y decisivos para palear la crisis en el campo y las ciudades, y un sólo ejemplo basta para comprobar que a los chiapanecos, nuevamente, los han dejado abandonados a su suerte: es del conocimiento público que el gobernador Manuel Velasco Coello está solicitando al Congreso autorización para endeudar más a Chiapas, porque no tiene dinero y ha expuesto al Legislativo Local la necesidad de que autorice a los 122 municipios la posibilidad de obtener recursos económicos vía empréstitos, porque tampoco tienen dinero. Entonces, ¿para qué han servido tantas visitas, discursos, buenas señales, publicidad y cuidado en las apariencias, si ni “su gasto” le han dado al gobernador y a los ayuntamientos?

MÁS TERCO, SORDO, SOBERBIO Y MAÑOSO se le observa cada día al presidente Municipal de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, Francisco José Martínez Pedrero. Al alcalde, indudablemente, la buena relación que su mamá ha logrado establecer con la progenitora del gobernador, Leticia Coello Garrido, le ha hecho daño: escucha cada vez menos a los ciudadanos; desprecia cada vez más a los regidores, quienes frente a todos y a escondidas, trata como peones de rancho, y a ellos y ellas les encanta; hace lo que le da la gana con la normatividad municipal, sin que alguna autoridad lo frene; y da muestras de que únicamente le preocupa ser útil y servicial con la mamá del ejecutivo y con los empresarios de siempre y del centro de la ciudad.

SOBRE EL PRESIDENTE MUNICIPAL COLETO, sus íntimos afirman que él confiesa, ya borrachito y a solas, que nació para ser gobernador de Chiapas; que a lo iniciado ahora como presidente municipal -con la ayuda decisiva de doña Leti y el Gobernador Manuel Velasco Coello-, habrá de seguirle una diputación federal, la senaduría y luego la gubernatura. Estos son los grados de descomposición personal, estrabismos y desequilibrios emocionales, que ha desarrollado Francisco José Martínez Pedrero con la ayuda de sus colaboradores más cercanos. Esto es lo que lo ha llevado a los niveles de prepotencia y soberbia que cotidianamente se le observa o escucha, en público y privado. Estas son las debilidades y actitudes que muy bien sabe cultivar y aprovechar el Síndico Roberto A. Morales Ortega, y justamente, estas son las conductas que ya le trabajan su tumba política, con oraciones y cánticos apropiados. Presidente, está bueno que sueñe, pero no que deje malos olores en la habitación.

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