Piensa, Prensa y Pega.

12 de junio de 2013

Reflexiones y Precisiones



Aquel quien confió cómo será la próxima jugada política electoral en el municipio de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, no es una persona cualquiera, es un político en aparente retiro, sumamente sigiloso, activo, informado, tenebroso, siempre al pendiente de los negocios a la sombra del poder y con las relaciones para incidir –en sentido positivo o negativo – en los ánimos de la señora Leticia Coello de Velasco, mamá del Gobernador de Chiapas, y a través de ella, en las decisiones de Manuel Velasco Coello, titular del Ejecutivo Estatal. Quien ya destapó, muy prematuramente y con los riesgos que implica, a Francisco José Martínez Pedrero como el próximo y muy seguro candidato a diputado federal; a Roberto A. Morales Ortega como, ya amarrado, futuro candidato a diputado local; y a Socorro Sarmiento Ochoa como la próxima alcaldesa sustituta, por algunos meses; no es Don cualquiera, es alguien ubicado tras bambalinas para hacer política de intrigas y negocios, colocado discretamente en todo, y que sabe bien de los amarres -tal vez ya hechos-, la ruta trazada y los costos para las partes. “El lobo” omitió adelantar, y se entiende por qué, que el siguiente candidato a la presidencia municipal coleta, si no sucede otra cosa, será Carlos Zepeda Trujillo y después “Chuchín”, junior.

Reflexionando lo que se escucha en una grabación de más de dos horas, donde se habla de los principales actores políticos del municipio y de Chiapas, de cuestiones obvias, de intimidades y de ficción política; debería preocuparles muy seriamente a Los destapados, ¿por qué?, porque los exponen tempranamente y de manera innecesaria; porque los vuelven más vulnerables; porque los actores de los otros partidos les empezarán a armar su archivo de campaña; y porque se verán sometidos a mayores desgastes físicos y emocionales, a invertir más y anticipadamente, y sus próximos contrincantes les darán marcaje personal, para documentar mejor sus desmanes y resbalones. En el tiempo que todavía falta para las nominaciones, bien podrían conducirlos al agotamiento político, debilitarlos y mermarlos en grados muy riesgosos, políticamente.

Quien destapó a Francisco José Martínez Pedrero, Roberto A. Morales Ortega, Socorro Sarmiento Ochoa y que omitió mencionar a Carlos Zepeda Trujillo como muy probable futuro alcalde, goza de las confianzas y aprovecha las confidencias de todos ellos y, seguramente, ya debe estar arrepentido de lo que hizo y si no, ya tendrá tiempo para lamentarlo; ¿por qué lo hizo?, ¿qué espera? y ¿cuánto podrá hacer para remediar su desliz? Quién sabe, pero lo que es cierto, es que a sus pupilos les abrió tremendo boquete político, boquete por donde se les meterán sus presentes y futuros enemigos y todos aquellos promotores de imágenes de cartón, que les resultará fácil ordeñarlos económicamente. Porque están ya desnudos, expuestos y descalzos; en el terreno político, en el plano administrativo y en su ejercicio de gobierno. Si lo aquí descrito es aprovechado y entendido por sus adversarios políticos, éstos encontrarán material y elementos suficientes para, con facilidad, arrinconarlos, humillarlos, exhibirlos y destruirlos. Hagamos un ejercicio, imaginándonos posibles escenarios de campaña política.

Qué podrá contestar Francisco José Martínez Pedrero, cuando durante su próxima campaña para diputado federal, sus contrincantes le reproduzcan públicamente, partes sensibles de audios obtenidos en sesiones públicas y privadas del cabildo, con lo que se prueba, fehacientemente, su desempeño petulante, irresponsable, deshonesto, cínico y que en privado lo enloquece el poder. Qué contestará Martínez Pedrero, cuando en las plazas públicas de las zonas urbanas o rurales, le reproduzcan su voz donde pide “la dispensa de la lectura de las actas del cabildo” en las sesiones públicas del ayuntamiento, que utiliza para ocultar los atractivos acuerdos privados, la información más importante para los ciudadanos. Qué va a contestar cuando le ejemplifiquen, con nombre y apellidos, cómo viola la Ley Orgánica Municipal, y la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Contrataciones.

Francisco José Martínez Pedrero, en su trabajo proselitista para próximo diputado federal, ¿qué hará cuando le pregunten en público, sobre la total opacidad en el ejercicio de la obra pública, y cuando lo desvistan mostrándole cómo torcía la ley para ejercer el gasto de inversión?, ¿por qué ocultaba la nómina municipal, y cuánto costaba mensualmente promover su imagen, disfrazar ineptitudes, esconder incongruencias, solapar a sus amigos o familiares, desprestigiar a sus no cómplices, y distraer de lo importante? Martínez Pedrero puede estar seguro que, en unos meses más, le asomarán grabaciones en audio y video, y suficientes documentos, comprometedores, para presentarlo como lo que es verdaderamente; un mal gobernante, un desvergonzado en administración pública y un político analfabeta.

Francisco José Martínez Pedrero, Roberto A. Morales Ortega y Socorro Sarmiento Ochoa, pueden estar seguros que, más temprano que tarde, les harán públicas todas sus incapacidades, deshonestidad e irresponsabilidades: los secretos de la nómina de los empleados del municipio los perseguirá por todas partes; las maniobras ilícitas en los “concursos de obra” no les permitirá dormir a gusto; los nombres de los beneficiados con caros arrendamientos, adquisiciones ventajosas y mañosos contratos, los perseguirán como almas en pena; y los “pequeños negocios” con la basura, “la feria” y el bajo mundo, obtenidos desde la policía y los “servicios públicos”, se volverán pesadillas aderezadas con ingredientes políticos de enorme explosividad, desprestigio, mortales en tiempo de proceso electoral para elegir diputados federales, locales y presidentes municipales. Y todo porque “Caperucita se comió al lobo feroz”.

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