La radiografía que asoma en
Chiapas, si revisamos un poco el historial de las personas nombradas en las
diferentes secretarías del gobierno del estado, tiene mayormente tres colores
identificados con el PRI, pues aunque los titulares de los poderes Legislativo
y Judicial, uno sea “verde” y el
otro “perredista”, por su proceder,
convenenciero y oportunista, éstos también se comportan como priistas. A pesar
de que en el discurso insistan en diferenciarse del PRI, la práctica les gana y
lleva, a ser de mañas por naturaleza; de negocios por costumbre; demagógicos
por tradición, y de pura palabrería, por vocación. El gobierno que preside Manuel Velasco Coello aunque le llamen verde- ecologista, nada tiene que
envidiarle a los priistas, tiene los suficientes y en lugares determinantes; no
le falta su aromatizante perredista,
lo ubicó a la cabeza del poder Judicial; y aunque con cargos de bajo perfil, no
despreció a los panistas, los tiene reciclados, sirviéndole a él y a un
gobierno de la República, priista. Ha de pensar el gobernador que, conformando
en estos términos los poderes del Estado, se podrá vender la idea de que su
gobierno es plural, incluyente y moderno. Como si no hubiera suficientes
evidencias de que fueron subordinados suyos o que están dispuestos a
comportarse como empleados a su servicio.
En el Chiapas verde- ecologista,
se piensa y actúa como priista. Sí,
aquí en la entidad lo que inspira y mueve al gobierno verde- ecologista no son los principios fundamentales que en el
mundo guían y dan vida a un partido político con esa denominación, o parecido;
aquí, al igual que los otros partidos, lo estimulan y conducen, al final de
cuentas, las mismas inquietudes y ambiciones que sus adversarios, los otros
institutos políticos: el poder, el dinero y la posibilidad de usufructuar
largamente los espacios políticos y de gobierno; y lo que significa, desde los
puestos públicos, disponer de todo para enriquecerse insaciablemente, sólo eso,
así de pobre. Siete meses de gobierno verde-
ecologista en Chiapas, no han sido aprovechados para que ellos demuestren
ser diferentes, al contrario, se esmeran por parecerse más, para demostrar que
ellos también tienen “las virtudes” que las mayorías empobrecidas aborrecen y
condenan: la irresponsabilidad social, la corrupción, la impunidad y la
simulación. En Chiapas, con Manuel
Velasco Coello se tiene un gobierno verde-
ecologista de membrete, y por sus hechos, priista de corazón. Aunque muchos
les irrite, no están en condiciones de demostrar lo contrario.
Un gobernador verde- ecologista acuerpado por priistas. En el Estado de Chiapas, se da esta práctica y podría pensarse, en
principio, que ello se debe a que el partido verde- ecologista no tiene los recursos humanos para hacerse cargo
de sus responsabilidades públicas, para hacer buen gobierno. Que al partido verde- ecologista no le queda de otra
más que resolver sus necesidades con “los cuadros” que los otros partidos
acostumbran administrar o gobernar; con los riesgos que ello implica y que son
determinantes en toda nueva administración. Hasta hoy, en Chiapas se ha
comprobado que el partido verde-
ecologista estaba preparado para hacer proselitismo político, sólo eso:
tenía candidato a gobernador y equipo para hacer campaña política al estilo
priista, pero jamás pensó siquiera en ir dando forma a un regular equipo para
gobernar y administrar los recursos del pueblo. Por lo que se ha podido ver en 12
años y siete meses, al partido verde-
ecologista en Chiapas, le costó no poco llegar a ser gobierno, pero por
pobrezas profesionales en sus recursos humanos; por presiones e imposiciones del
grupo priista del centro de la República; porque de esta manera, Velasco Coello
entiende hacer política de la buena o, por todo esto, “El güero” Velasco terminó
entregando el verdadero poder a los priistas de siempre. Los resultados por
esperar dentro de poco más de cinco años, de continuar como van, no serán
una sorpresa, se obtendrán los de
costumbre, si “El güero” Velasco concluye su sexenio, que ya se ve difícil.
En Chiapas, verde-ecologista es el gobernador y priistas
los que disponen. Después del gobernador, los cargos
más importantes son aquellos que tienen que ver con el manejo de la política
interior, la hacienda del estado, la obra pública, la administración del gasto
corriente, la educación, la procuración de justicia, la seguridad pública y el
campo chiapaneco. A excepción de quien opera realmente la hacienda del Estado,
en las otras áreas de la administración, a la cabeza, no despachan personas cercanas
al gobernador, sino gente bastante identificada con lo más rancio de la clase
política priista, bastan dos que tres ejemplos. Noé Castañon León y Mario Carlos Culebro Velasco, en la Secretaria
General de Gobierno, Ballardo Robles
Riqué, en la Secretaría de infraestructura; Juan Carlos Gómez Aranda, como titular de planeación, gestión
pública y programas de gobierno; y en los otros cargos importantes, nadie
identificado plenamente con “El güero” Velasco, y sí de alguna forma con priistas- perredistas (Pablo Salazar
Mendiguchía y Juan José Sabines Guerrero). Aquí en Chiapas, ganó el partido verde- ecologista pero de día y por las
noches, vive entregado al PRI.
Si en Chiapas la política interior está en manos de
priistas, el tratamiento que recibirán los conflictos
sociales del campo y las ciudades, serán los de siempre: diálogo con mañas;
acuerdos ambiguos; presiones y amenazas constantes; cumplimiento a medias y la
permanente promoción del desgaste, divisionismo, cooptación “de líderes” y
criminalización de toda inconformidad social. De esta manera ya se está abordando
la problemática social chiapaneca, que quién sabe cuánto aguante, todavía de
manera pacífica. Si los recursos
públicos, su administración, ya está en manos priistas, la corrupción en su
ejercicio está garantizada y si la obra pública, igual está en manos tricolores,
le llegará el tráfico de influencias y no estará exenta del uso indebido del
poder. Si las áreas más importantes de la administración pública y gobierno,
con “El güero” Velasco, otra vez, ya están al servicio de los grupos politiqueros
de siempre, los resultados serán parecidos: inversiones por ocurrencia,
festejos por adelantado, aplausos facturados, desastre económico, desilusiones
sociales, miserias mayores y peores sufrimientos para los más necesitados.
Quién sabe si el
Gobernador Manuel Velasco Coello
tenga conciencia plena de la realidad social prevaleciente en la entidad, de y
los rasgos profesionales del “equipo de trabajo” que viene designando para
hacerle frente y superarla, parece que no. Echar mano de los grupos políticos
mal vistos, y de las personas de siempre, las ya conocidas por su deshonestidad,
ineptitud, deslealtad o carencia absoluta de responsabilidad social, no es la
mejor forma de iniciar un buen gobierno. No es una manera responsable de responder
a quienes depositaron su confianza en él, y deja ver con amplitud suficiente, que
su gobierno sí es verde, pero para prever
escenarios adversos en lo político, económico y social, en detrimento directo del
bienestar social de los chiapanecos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario