Piensa, Prensa y Pega.

31 de julio de 2013

Reflexiones y Precisiones



Ni las apariencias le preocupan al gobierno federal. Quién sabe por qué tanto desprecio del gobierno de la república al pueblo de Chiapas, particularmente hacia las áreas geográficas y ciudadanos más necesitados. Sin importarle para nada los antecedentes familiares, políticos y administrativos, fueron nombrados Hernán de Jesús Orantes López, como Delegado de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas y Sergio Lobato García como Delegado de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano. Puede afirmarse que ambos nombramientos obedecen a pagos de facturas políticas, por los servicios prestados durante el más reciente proceso electoral, y no a un reconocimiento a sus capacidades y compromiso social; para nada se consideraron sus malos antecedentes, desempeño lamentable y resultados criticables, en la política o administración pública.

Será que el gobierno federal ignora o no le importa, que el apellido Orantes desde hace más o menos 60 años, ha estado decisivamente ligado a las peores prácticas caciquiles, explotación lastimosa a trabajadores del campo, represiones en todas sus formas, desalojos, asesinatos, persecuciones, torturas, encarcelamientos injustos y tensiones con maltratos constantes a indígenas y campesinos en general. Será que el gobierno federal desconoce todo eso, o bien lo sabe, y nada le preocupa poner en manos de alguien con estos antecedentes familiares, el “desarrollo de los pueblos indígenas”, el futuro de los más ignorados y despreciados. En manos de un apellido de “horca y cuchillo”, de pistolas, escopetas y derecho de pernada, ha puesto Enrique Peña Nieto el área más sensible del Estado de Chiapas, donde surgió y se ha nutrido, durante casi 19 años, el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional que mantiene una guerra declarada al gobierno federal y sus instituciones, y para quien esta decisión ha de ser como una bofetada o una patada en la entrepierna.

El gobierno de Enrique Peña Nieto, ¿desconoce el pasado de Sergio Lobato García? ¿El Gobierno de la República no conoce los detalles de su actividad como empresario maderero, gasolinero que violenta leyes ambientales, muy cuestionado presidente municipal, mediocre diputado local e intrascendente diputado federal? Si el gobierno de Enrique Peña Nieto está al tanto de lo cuestionable de la trayectoria política, administrativa y personal de Sergio Lobato García, ¿cómo es que puso en sus manos, El Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano de la entidad Chiapaneca? Valorando en la dimensión correcta, sin apasionamientos ni olvidos, la ruta que ha seguido y los detalles que han alimentado el “trabajo” de Lobato García: él jamás entenderá la dimensión social que conlleva el oficio que le encomendaron, su perfil humano y profesional no está hecho para eso, él es de negocios, tráfico de influencias, simulaciones y persona que sabe bien aprovechar los cargos para agradar e invertir hacia sus superiores; para amarrar otros puestos políticos o administrativos, para él o sus familiares, que le aseguren continuar succionando de la ubre presupuestal, sostenida con recursos del pueblo.

Los gobiernos de Enrique Peña Nieto y Manuel Velasco Coello, tienen la obligación de investigar y ponderar en la dimensión adecuada. Sergio Lobato García fue un presidente municipal de San Cristóbal de Las Casas, Chiapas, al que muy poco o nada le importó pisotear constantemente la Ley Orgánica Municipal, La Ley de Obra Pública, La Ley de Fiscalización del Estado, la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Contratos, y la Ley de Entrega- Recepción; él y sus colaboradores que hasta ahora continúan en cargos públicos. Si alguien tiene dudas o se interesa por documentar o comprobar los atropellos a las leyes y abusos de poder cometidos por Sergio Lobato García, en los medios de comunicación serios y confiables de su tiempo como alcalde, se encuentran puntualmente registrados todos los señalamientos y evidencias que ejemplifican la corrupción en el gobierno municipal que presidió Lobato; el desastre en que dejó la administración municipal, las denuncias que fueron presentadas ante las autoridades “competentes” y la manera en que construyó su cacicazgo regional, para el usufructo personal, político y económico, no para servir a la sociedad.
   
Si Sergio Lobato García, en una década como “servidor público”, se ha movido de manera tan criticable, deshonesta, con tanta irresponsabilidad social, con muestras inocultables de traición y desprecio hacia sus representados, y que únicamente se ha dedicado a hacer, comprobadamente, politiquería, negocios y dinero en abundancia, ¿cómo es que Enrique Peña Nieto pone en sus manos el Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano de Chiapas? Lic. Enrique Peña Nieto, presidente de México, y Manuel Velasco Coello, gobernador de Chiapas; pueden estar seguros desde ahora, que el “Desarrollo” encomendado al ex alcalde coleto, gris diputado local y “uno de tantos” diputado federal, será un fracaso, donde no solamente quedará a deber los resultados sustantivos, sino que, además, será capaz de contribuir decisivamente a tensionar más las cuestiones sociales, políticas y económicas, que ya de por sí amenazan la seguridad nacional, bienestar y armonía de los chiapanecos.

Enrique Peña Nieto y Manuel Velasco Coello, parecen decididos a que Chiapas reviente. Si fuera cierto lo que frecuentemente expresan en sus discursos políticos, “planes de gobierno” y con sus famosas cruzadas (de lengua), Peña y Velasco; no descuidarían de manera tan irresponsable el nombramiento de sus colaboradores, en un Chiapas potencialmente explosivo. Buscarían nombrar como delegados y funcionarios en general, a personas con calidad moral, honradas, con mística de servicio, sensibles, sin pasados turbios, respetuosos de las leyes, de una formación profesional sólida y congruente con su forma de ser. Presidente de los Estados Unidos Mexicanos y Gobernador Chiapaneco: tienen el derecho de hacer con sus vidas lo que les dé la gana; pero no les asiste el derecho de despreciar, con sus decisiones, el merecido bienestar social y la vida digna de los chiapanecos. Hernán de Jesús Orantes López y Sergio Lobato García, nada bueno garantizan a Chiapas; agudizarán las contradicciones sociales y continuarán alimentando, riesgosamente, los rencores sociales.

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