Piensa, Prensa y Pega.

1 de enero de 2014

Reflexiones y Precisiones


Antes de iniciar en forma el 2014, es necesario dejar bien anotadas algunas cuestiones de gobierno durante el 2013. Sinvergüenzadas, cinismos, complicidades, frivolidades, engaños, traiciones a la patria y otras muchas actitudes que huelen y saben a irresponsabilidad e incumplimientos de la función social, es lo que caracterizó el desempeño público de los gobiernos federal, del estado de Chiapas y del municipio de San Cristóbal de Las Casas. Corrupción y extravío oficial en los tres niveles de gobierno de este país.

El gobierno federal, el del estado de Chiapas y el ayuntamiento coleto, todos ellos han demostrado moverse en la misma frecuencia, igual volumen y con la misma música. Nadie de ellos, verdaderamente, ha demostrado que su preocupación prioritaria sea el combate a la miseria que golpea mortalmente a más de 50 millones de mexicanos. A nadie de ellos se les ve ocupados en desarrollar y fortalecer condiciones que hagan posible una democracia verdadera. A nadie de ellos se les ve esforzarse, decisivamente, para cambiar las condiciones lastimosas que se presentan en la salud, vivienda y seguridad de los mexicanos. Nadie de ellos, como es su obligación, ha logrado los resultados positivos en la promoción de empleos suficientes y bien remunerados. Nadie de ellos ha demostrado que se conduce por el camino correcto, que llevan a cambiar radicalmente, las injusticias sociales que flagelan a millones de habitantes del campo y ciudades de este país. Todos ellos se mueven como nacidos para robar, constituidos para engañar, electos para fingir, surgidos para atropellar los derechos de los ciudadanos y nombrados para traicionar a la patria mexicana.

El gobierno de Enrique Peña Nieto, siempre buscando confundir, engañar con que las reformas, laboral, educativa, energética, política y las que se le ocurran, son para beneficio de los mexicanos. Como si los ciudadanos de este país no se dieran cuenta con claridad, que sus reformas son para corresponder y complacer a quienes lo impusieron como presidente de la República Mexicana: los más ricos del mundo y de México. La Reforma Laboral es para colocar en condiciones de mayor indefensión a los trabajadores de México, como lo necesitan y exigen los empresarios mexicanos y extranjeros. La Reforma Educativa es, en esencia, para desobligar de sus responsabilidades constitucionales al estado mexicano y fortalecer el atractivo negocio de la educación privada, con los consecuentes impactos sociales, laborales, administrativos, políticos y educativos, que ello implica. La Reforma Hacendaria no es para mermar las ganancias de quienes más tienen, aquellos a quienes cotidianamente les condonan o reembolsan sus contribuciones; es para acomodarle mayor carga tributaria a quienes menos tienen, a las millones de familias que viven entre el olvido, el desprecio, la manipulación, el atropello y la permanente injusticia en todas sus formas.

La Reforma Energética no se hace, como debe ser, para aprovechar sustentablemente, de manera oportuna, responsable y racional, un recurso natural no renovable de los mexicanos, no; es para, otra vez, satisfacer el apetito voraz que por el dinero y las ganancias tienen quienes impusieron al presidente Enrique Peña Nieto; los multimillonarios de los países más poderosos de la tierra, particularmente de los Estados Unidos de Norteamérica, y sus hijastros, los grandes empresarios paridos por gobiernos priistas y panistas, apoyados incondicionalmente por perversos y prostituidos perredistas y verdeecologistas. Así habrá de continuar, hasta el final, el gobierno de Peña Nieto: sirviendo como esclavo de los más ricos de México y el mundo, y comportándose como verdugo de aquellos ante quienes protestó “cumplir y hacer cumplir las leyes”, a quienes con sus acciones de gobierno, hasta hoy, viene traicionando sistemáticamente.

El gobierno verdeecologista, priista, perredista, panista, petista y aliancista, de Manuel Velasco Coello, en su esencia y nivel, ha sido nada diferente al de Enrique Peña Nieto: hace más por los que más tienen, aquellos que lo trajeron como gobernador; y demasiado poco, por no decir nada, por los más necesitados. Ya se ha comprobado que la prioridad del gobernador Manuel Velasco Coello, es invertir en su proyección política personal, antes que en el desarrollo justo e integral de los chiapanecos. Al gobernador Manuel Velasco Coello le encantan y apasionan las frivolidades, lo aparente, lo hueco y lo intrascendente; el discurso alegre y la zalamería a sus superiores, son su fuerte. Las sobrevaloraciones casi lo adormecen y las complacencias, de todo tipo, hacía sus tutores o mentores, lo mantienen en alerta, entretenido, divertido y satisfecho, así da la impresión.

Manuel Velasco Coello, de los verdaderos conflictos, insatisfacciones e injusticias sociales, en las áreas urbanas y rurales chiapanecas, en un año, no se ha ocupado como debiera y corresponde a su obligación constitucional; puro discurso y disfraz, nada sustantivo ha caracterizado el gobierno y la administración pública de Manuel Velasco Coello; repartir pollitos y gallinitas; distribuir plantitas y toritos; entregar bombitas y machetitos; besar y abrazar a niños y ancianos; disfrazarse de indígena o de charro; difundir imágenes donde se muestra literalmente colgado de Enrique Peña Nieto o de personajes importantes de la economía y la política mexicanas, en un año, para nada ha servido, en nada ha mejorado los índices de bienestar social de los chiapanecos. Manuel Velasco Coello, de manera decisiva, solamente se ha ocupado de él y los suyos, y “El tiempo que le queda libre”, como dice una canción, lo dedica a placear con su adorada “Anahí”. Pero hay que reconocer que, quien más ha hecho es su mamá, pero no por los chiapanecos.

El ayuntamiento del municipio de San Cristóbal de Las Casas, el que preside Francisco José Martínez Pedrero, en el nivel de gobierno que ocupa y en lo esencial de su quehacer público, también se ha movido utilizando “La misma música, igual volumen, y los mismos músicos” que Peña Nieto y Velasco Coello: superficialidades, abusos de poder, corrupciones, opacidad gubernamental, traiciones al pueblo, ausencia absoluta de profesionalismo y compromiso social, cinismos insultantes, engaños completos, verdades a medias y actitudes de finqueros, es lo que ha distinguido en lo político y administrativo, al ayuntamiento coleto, muy particularmente a su presidente municipal, quien ya se conduce como muy seguro legislador; habla como diputado, genuflexiona como futuro mozo de oficio del gobernador y ya camina como probable caporal y capataz de presidentes municipales, es decir, diputado.

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