Después
de 21 meses de administración pública de Manuel Velasco Coello, ya los
chiapanecos quieren ver gobernador,
no únicamente alguien a quien le fascine ocuparse de construir caras
apariencias con cargo a los recursos del pueblo. Después de 21 meses, ya
los chiapanecos les urge un gobernador
que se encargue de buscar soluciones a los problemas del campo. Después de
21 meses, ya los chiapanecos les
apura tener un gobernador que encamine soluciones inteligentes, integrales y
sustentables, hacia las diarias manifestaciones de insatisfacción social que se
observan en las principales ciudades y que prevea responsablemente, necesidades
y soluciones futuras, relacionadas con los 122 municipios de la entidad. Después
de 21 meses, a los más de 4 millones de habitantes les preocupa no ver
llegar todos aquellos ofrecimientos que el actual mandatario del estado hiciera
durante los más de 10 años que duró su campaña política para gobernador. Después
de 21 meses de administración VERDE ECOLOGISTA, los ciudadanos aún están
esperando las novedades que debiera traer este gobierno en materia de ecología;
las buenas nuevas que confirmen la verdadera preocupación y entrega de Manuel
Velasco Coello por la naturaleza y la vida en una sociedad civilizada. Después
de 21 meses, a los chiapanecos ya les preocupa todavía no ver algo
diferente a niñerías, futurismo político, farsas, saqueos, corrupciones,
improvisaciones, engaños, prácticas antidemocráticas, negocios con la pobreza y
como ya es costumbre, jugar a hacer política parados sobre burlas
cotidianas que aprovechan la miseria social. La decepción ya es una realidad,
el desencanto ya echa raíces, la desconfianza se expresa por todos lados, el
hastío es notorio y el rechazo generalizado a las formas arcaicas y
grotescas de intentar “administrar y
gobernar”, son ahora una realidad inocultable.
Después
de 21 meses de administración pública de Manuel Velasco Coello, ya los
chiapanecos quieren ver gobernador. Si hubiera gobernador defendiendo el
patrimonio común, después de casi dos años,
ya estuvieran en la cárcel todos aquellos y aquellas que sustrajeron miles de
millones de pesos, propiedad del pueblo de Chiapas, empezando por el ex
gobernador Juan José Sabines Guerrero y quien fuera titular del Poder
Legislativo y presidenta de la Comisión de Hacienda respectiva, Ana Elisa López
Coello. Si hubiera gobernador, después de 21 meses, ya fuera evidente la
baja sensible de la problemática social en Chiapas; las marchas, plantones,
tomas de instalaciones oficiales, bloqueos carreteros, denuncias formales -por
encarcelamientos injustos, torturas, desalojos violentos, lenta aplicación de
la “justicia" y diversos atropellos a las garantías individuales, entre
otras- del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, no fueran
una cuestión tan común y cotidiana en el estado. Significativamente y para
bien del pueblo, nada ha cambiado en Chiapas en 21 meses, y únicamente no
lo ven aquellos y aquellas que directa o indirectamente, viven o se enriquecen
más, a la sombra del gobierno VERDE ECOLOGISTA. Si hubiera gobernador, ya
irían a buen paso planes, programas y proyectos en las 15 regiones económicas
de la entidad. Verdaderos instrumentos institucionales, de trabajo y para el desarrollo social, incidiendo decisivamente en
la producción y productividad, en la comercialización y en la adquisición favorable de los insumos
necesarios para producir en condiciones óptimas de desarrollo y disfrute común.
Nada de todo esto se observa; como ha sucedido con otros gobiernos y
partidos políticos, puro ruido, risas y rarezas se escuchan y se ven todos los
días.
Después
de 21 meses de administración pública de Manuel Velasco Coello, ya los
chiapanecos quieren ver gobernador. Si hubiera gobernador, se observaría un trabajo
permanente, ordenado, respetuoso y responsable, entre los Poderes Ejecutivo,
Legislativo y Judicial del estado, diferente a como lo han acostumbrado otros
gobernadores. No serían tan evidentes las vergonzosas relaciones de
subordinación y servilismo, imposibles de ocultar. Donde claramente se ha
visto, cómo el Legislativo y el Judicial, fueron impuestos por el gobernador
para que estén a su servicio; para que le cumplan cualquier aspiración o
antojo, por más irracional o insensato que este sea. En Chiapas, los poderes
públicos que es su obligación garantizar desarrollo, democracia, justicia,
trabajo digno, paz social y libertades plenas, tristemente sólo tienen una
preocupación permanente: cómo agradar al gobernador y no cómo cumplir
con su función social. Este comportamiento convertido en casi deporte y vicio
oficial, explica muchos de los problemas torales y de fondo, que padece,
actualmente, la sociedad chiapaneca. Una sociedad con sobrados ejemplos de
adolecer de REPRESENTANTES SOCIALES, a la que le sobran los verdugos VERDES
investidos como autoridad.
Después
de 21 meses de administración pública de Manuel Velasco Coello, ya los
chiapanecos quieren ver gobernador. Si hubiera gobernador, los ciudadanos de Chiapas
escucharían cómo el titular del Ejecutivo Estatal, con argumentos sólidos y
firmeza institucional -aprovechando las visitas del Ejecutivo Federal-, se
pararía, no se hincaría frente a él, para urgir, valorar y pedir, no para
transmitir lástima y emitir súplicas. Si hubiera gobernador, el presidente
de México, Enrique Peña Nieto, en 21 meses ya hubiera previsto los
recursos económicos suficientes y oportunos para atender la salud, la educación
de calidad en todos sus niveles, el abandono en que se encuentra el campo y las
limitaciones que agobian a los habitantes de las ciudades mediante UN GRAN
PLAN, programas y proyectos con rigor profesional. Nada de ocurrencias, cero
frivolidades, con evaluaciones constantes, seguimiento permanente y absoluta
honestidad en todos los sentidos, para empezar. Si hubiera gobernador, las
giras del titular del Ejecutivo serían visitas de trabajo; reuniones
para conocer, encuentros para valorar, sesiones para acordar y no ocasiones que
ahora sólo sirven para salir a trotar, a montar a caballo, a fingirse
mutuamente para manosearse el ego, para los agradecimientos por anticipado y
para los pactos soterrados, que al pueblo en nada benefician. Si hubiera
gobernador, no se estarían utilizando recursos del pueblo en IDEAS
VERDES; Tierra Verde, uniformes verdes, mochilas verdes, condones
verdes, escuelas pintadas de verde, señales de tránsito verde, leche verde,
etc.; no existirían. Si hubiera gobernador, no se estarían
derrochando tantos recursos en “MOVER A CHIAPAS”, ese FRANKESTEIN morado que
tarde o temprano, terminará por servir más a otro, antes que a él (quien
traiciona dos veces, traiciona toda su vida). Si hubiera gobernador, no
se permitiría que su mamá acumule y usufructué tanto poder, no dejaría que el
secretario general de gobierno se comporte como un mal secretario del
Ayuntamiento, no se permitiría el excesivo protagonismo político de sus subordinados:
Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Si hubiera gobernador, a 21 meses de
administración ya se estarían viendo, escuchando y contabilizando resultados
importantes; no únicamente ruidos ensordecedores y frases chocantes.
Después
de 21 meses de administración pública de Manuel Velasco Coello, ya los
chiapanecos necesitan ver gobernador. Si hubiera gobernador, los 122 ayuntamientos de Chiapas no se conducirían en la
anarquía en que hoy lo hacen. No
saquearían con tanto descaro los recursos públicos; no traficarían con
el poder, a todo lo que pueden, en beneficio de ellos y sus familiares; no
estarían jugando a hacer gobierno; y no se les observaría con un ojo en el
negocio municipal y con el otro, en una posible diputación. Si hubiera
gobernador, más de un presidente, síndico y tesorero, municipales, ya
estarían en la cárcel.
Si
en Chiapas hubiera gobernador, no se permitiría que se ande manchando de VERDE
por todos lados, como si con ello se
trabajara, seriamente, para superar la insoportable realidad actual y se
avanzara de manera decisiva y sólida hacia un futuro de bienestar social
humanamente satisfactorio. SI EN CHIAPAS HUBIERA GOBERNADOR y hubieran
mujeres y hombres conscientes de sus obligaciones y derechos, ahí sí, podríamos
“MOVER A CHIAPAS” y desterrar de la entidad las injusticias sociales y los
atropellos de las autoridades.
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