Piensa, Prensa y Pega.

20 de agosto de 2014

Reflexiones y Precisiones




Después de 21 meses de administración pública de Manuel Velasco Coello, ya los chiapanecos quieren ver gobernador, no únicamente alguien a quien le fascine ocuparse de construir caras apariencias con cargo a los recursos del pueblo. Después de 21 meses, ya  los chiapanecos les urge un gobernador que se encargue de buscar soluciones a los problemas del campo. Después de 21 meses, ya  los chiapanecos les apura tener un gobernador que encamine soluciones inteligentes, integrales y sustentables, hacia las diarias manifestaciones de insatisfacción social que se observan en las principales ciudades y que prevea responsablemente, necesidades y soluciones futuras, relacionadas con los 122 municipios de la entidad. Después de 21 meses, a los más de 4 millones de habitantes les preocupa no ver llegar todos aquellos ofrecimientos que el actual mandatario del estado hiciera durante los más de 10 años que duró su campaña política para gobernador. Después de 21 meses de administración VERDE ECOLOGISTA, los ciudadanos aún están esperando las novedades que debiera traer este gobierno en materia de ecología; las buenas nuevas que confirmen la verdadera preocupación y entrega de Manuel Velasco Coello por la naturaleza y la vida en una sociedad civilizada. Después de 21 meses, a los chiapanecos ya les preocupa todavía no ver algo diferente a niñerías, futurismo político, farsas, saqueos, corrupciones, improvisaciones, engaños, prácticas antidemocráticas, negocios con la pobreza y como ya es costumbre, jugar a hacer política parados sobre burlas cotidianas que aprovechan la miseria social. La decepción ya es una realidad, el desencanto ya echa raíces, la desconfianza se expresa por todos lados, el hastío es notorio y el rechazo generalizado a las formas arcaicas y grotescas  de intentar “administrar y gobernar”, son ahora una realidad inocultable.



Después de 21 meses de administración pública de Manuel Velasco Coello, ya los chiapanecos quieren ver gobernador. Si hubiera gobernador defendiendo el patrimonio común, después de casi dos años, ya estuvieran en la cárcel todos aquellos y aquellas que sustrajeron miles de millones de pesos, propiedad del pueblo de Chiapas, empezando por el ex gobernador Juan José Sabines Guerrero y quien fuera titular del Poder Legislativo y presidenta de la Comisión de Hacienda respectiva, Ana Elisa López Coello. Si hubiera gobernador, después de 21 meses, ya fuera evidente la baja sensible de la problemática social en Chiapas; las marchas, plantones, tomas de instalaciones oficiales, bloqueos carreteros, denuncias formales -por encarcelamientos injustos, torturas, desalojos violentos, lenta aplicación de la “justicia" y diversos atropellos a las garantías individuales, entre otras- del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, no fueran una cuestión tan común y cotidiana en el estado. Significativamente y para bien del pueblo, nada ha cambiado en Chiapas en 21 meses, y únicamente no lo ven aquellos y aquellas que directa o indirectamente, viven o se enriquecen más, a la sombra del gobierno VERDE ECOLOGISTA. Si hubiera gobernador, ya irían a buen paso planes, programas y proyectos en las 15 regiones económicas de la entidad. Verdaderos instrumentos institucionales, de trabajo y para el  desarrollo social, incidiendo decisivamente en la producción y productividad, en la comercialización  y en la adquisición favorable de los insumos necesarios para producir en condiciones óptimas de desarrollo y disfrute común. Nada de todo esto se observa; como ha sucedido con otros gobiernos y partidos políticos, puro ruido, risas y rarezas se escuchan y se ven todos los días.



Después de 21 meses de administración pública de Manuel Velasco Coello, ya los chiapanecos quieren ver gobernador. Si hubiera gobernador, se observaría  un trabajo permanente, ordenado, respetuoso y responsable, entre los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial del estado, diferente a como lo han acostumbrado otros gobernadores. No serían tan evidentes las vergonzosas relaciones de subordinación y servilismo, imposibles de ocultar. Donde claramente se ha visto, cómo el Legislativo y el Judicial, fueron impuestos por el gobernador para que estén a su servicio; para que le cumplan cualquier aspiración o antojo, por más irracional o insensato que este sea. En Chiapas, los poderes públicos que es su obligación garantizar desarrollo, democracia, justicia, trabajo digno, paz social y libertades plenas, tristemente sólo tienen una preocupación permanente: cómo agradar al gobernador y no cómo cumplir con su función social. Este comportamiento convertido en casi deporte y vicio oficial, explica muchos de los problemas torales y de fondo, que padece, actualmente, la sociedad chiapaneca. Una sociedad con sobrados ejemplos de adolecer de REPRESENTANTES SOCIALES, a la que le sobran los verdugos VERDES investidos como autoridad.



Después de 21 meses de administración pública de Manuel Velasco Coello, ya los chiapanecos quieren ver gobernador. Si hubiera gobernador,  los ciudadanos de Chiapas escucharían cómo el titular del Ejecutivo Estatal, con argumentos sólidos y firmeza institucional -aprovechando las visitas del Ejecutivo Federal-, se pararía, no se hincaría frente a él, para urgir, valorar y pedir, no para transmitir lástima y emitir súplicas. Si hubiera gobernador, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, en 21 meses ya hubiera previsto los recursos económicos suficientes y oportunos para atender la salud, la educación de calidad en todos sus niveles, el abandono en que se encuentra el campo y las limitaciones que agobian a los habitantes de las ciudades mediante UN GRAN PLAN, programas y proyectos con rigor profesional. Nada de ocurrencias, cero frivolidades, con evaluaciones constantes, seguimiento permanente y absoluta honestidad en todos los sentidos, para empezar. Si hubiera gobernador, las giras del titular del Ejecutivo serían visitas de trabajo; reuniones para conocer, encuentros para valorar, sesiones para acordar y no ocasiones que ahora sólo sirven para salir a trotar, a montar a caballo, a fingirse mutuamente para manosearse el ego, para los agradecimientos por anticipado y para los pactos soterrados, que al pueblo en nada benefician. Si hubiera gobernador, no se estarían utilizando recursos del pueblo en IDEAS VERDES; Tierra Verde, uniformes verdes, mochilas verdes, condones verdes, escuelas pintadas de verde, señales de tránsito verde, leche verde, etc.; no existirían. Si hubiera gobernador, no se estarían derrochando tantos recursos en “MOVER A CHIAPAS”, ese FRANKESTEIN morado que tarde o temprano, terminará por servir más a otro, antes que a él (quien traiciona dos veces, traiciona toda su vida). Si hubiera gobernador, no se permitiría que su mamá acumule y usufructué tanto poder, no dejaría que el secretario general de gobierno se comporte como un mal secretario del Ayuntamiento, no se permitiría el excesivo protagonismo político de sus subordinados: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Si hubiera gobernador, a 21 meses de administración ya se estarían viendo, escuchando y contabilizando resultados importantes; no únicamente ruidos ensordecedores y frases chocantes.



Después de 21 meses de administración pública de Manuel Velasco Coello, ya los chiapanecos necesitan ver gobernador. Si hubiera gobernador, los 122 ayuntamientos de Chiapas no se conducirían en la anarquía en que hoy lo hacen. No  saquearían con tanto descaro los recursos públicos; no traficarían con el poder, a todo lo que pueden, en beneficio de ellos y sus familiares; no estarían jugando a hacer gobierno; y no se les observaría con un ojo en el negocio municipal y con el otro, en una posible diputación. Si hubiera gobernador, más de un presidente, síndico y tesorero, municipales, ya estarían en la cárcel.



Si en Chiapas hubiera gobernador, no se permitiría que se ande manchando de VERDE por todos lados, como si con ello se trabajara, seriamente, para superar la insoportable realidad actual y se avanzara de manera decisiva y sólida hacia un futuro de bienestar social humanamente satisfactorio. SI EN CHIAPAS HUBIERA GOBERNADOR y hubieran mujeres y hombres conscientes de sus obligaciones y derechos, ahí sí, podríamos “MOVER A CHIAPAS” y desterrar de la entidad las injusticias sociales y los atropellos de las autoridades.

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