La temporada de campañas en Chiapas, concluyó dejando basura por todos lados: en postes, bardas, medios, cabezas y conciencias de los ciudadanos; todos, tratados como objetos para llenar plazas, auditorios y urnas, no como sujetos capaces para identificar y formar buenos Gobiernos.
Las campañas incumplen su función social, si no contribuyen a despertar conciencias y a sellar compromisos sociales; sólo complican la vida, cuando propician confusiones, apatías, divisiones, conflictos y falsas emociones .
¿Cuánto ayuda a superar injusticias, los paseos de un “NIÑO VERDE” por todo Chiapas, colgado de todos los partidos, balbuceando frases huecas y descontextualizadas?.
¿A quién beneficia cuando “EL VERDE” finge abrazos amorosos con niños y ancianos, disfrazado de Chamula, Zinacanteco, Oxchuquero o Tenejapaneco?.
Chiapas necesita personas sensibles, visionarias y congruentes: no niños disfrazados de pueblo, colgados de todos y comprometidos con nadie.
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