Según los resultados de 17 meses, el Gobierno que se presentó como “Solidario” y de “Hechos, no palabras”, se quedará en lo mismo que otros: en el discurso, la retórica y las promesas.
Cuando inició el Gobierno de Sabines, el pequeño: en su mensaje inicial hizo un gran esfuerzo por convencer al pueblo de que conocía la problemática chiapaneca; que sabía qué hacer; que tenia con qué hacerlo; que llegaba con el equipo capaz de “aterrizar” los programas y proyectos; y que, sólo había que esperar 6 años para que las miserias e injusticias fueran cosa del pasado.
A unos días de cumplirse la cuarta parte del sexenio gubernamental, no se conoce un sólo programa o proyecto de verdadero impacto social; parecen convencidos de que los problemas se superan, tergiversándolos, minimizándolos o ignorándolos, desde los medios; y, no hay material sustantivo para contabilizar avances reales, relacionados con las ofertas hechas.
Basta revisar el “Plan de desarrollo, Chiapas solidario, 2007-
En los objetivos estatales del plan, propusieron: modernizar la administración pública; establecer un nuevo modelo político; promover la igualdad de género y reconocer la libre determinación de los pueblos indios.
Así también, ofrecieron lograr que todos ejercerían plenamente sus derechos económicos, sociales, culturales, ambientales, civiles y políticos; ofertaron establecer un canal de comunicación plural, tolerante, democrático y respetuoso, entre el Gobierno Estatal y las comunidades en conflicto; y, señalaron que atenderían las zonas de bajo potencial productivo del Estado, impulsando acciones orientadas al desarrollo sustentable, entre muchos otros objetivos estatales.
A 17 meses de “Gobierno Solidario”, ¿dónde están y quién puede hablarnos de avances serios?.
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