Para asombro y envidia de amigos y enemigos –como dice la canción-, internos y externos, Don Samuel Ruiz García aun muerto siguió contribuyendo a la concordia y pacificación: logró que después de bastante tiempo, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional rompiera el silencio.
El EZLN manifestó su pesar; valoró sin apasionamientos el compromiso y trayectoria de Don Samuel; abordó el pasado, el presente y su confianza propia en el futuro, sin complacencias ni magnificaciones, frío aunque de luto.
El EZLN manifestó su pesar; valoró sin apasionamientos el compromiso y trayectoria de Don Samuel; abordó el pasado, el presente y su confianza propia en el futuro, sin complacencias ni magnificaciones, frío aunque de luto.
EL PELLIZCO:
Las autoridades de los gobiernos municipal, estatal y federal, corrieron a los funerales de Don Samuel: no era para homenajearlo, sino para aprovecharse al máximo de la fresca sombra que su figura y fama siempre dieron y que él compartía con generosidad.
Los gobiernos en todo “piensan”: dicen que lo transportaron “gratis” en avión y de noche, porque tenían temor fundado de que si lo traían por tierra, capaz que Don Samuel aprovechaba la ruta para seguir concientizando a los pueblos, ciudades y estados que recorriera; el entierro hubiera sido en marzo, tal vez, y a ellos les urgía enterrarlo.
Dicen que el gobernador Sabines, amilanado y con frío, se acercó al féretro: temía reclamos de Don Samuel por lo que ofreció e incumplió, y sobre todo, que con franqueza le dijera que ya superó a su papá, en abusos, simulaciones y debilidades.
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