6 de diciembre del 2007.

El Presidente de la República, al presentar el “Programa Sectorial de Seguridad, Gobernabilidad y Política Exterior”, expresó “preocupaciones” y convocó a las fuerzas políticas, Autoridades de los Estados y Municipios, a enfrentar juntos los retos del programa.

Felipe Calderón dijo: “cerremos el paso de manera categórica y contundente a cualquier intento de participación del crimen organizado en la vida política del país”, “la estrategia del crimen organizado es crear una red de protección política y policial en los niveles donde las Autoridades son más vulnerables”, “pretenden tomar el control de éstas Autoridades mediante la intimidación o la corrupción”.

Si es cierto lo de cerrar el paso al crimen organizado en el país, debe iniciarse aceptando que la peligrosidad actual de éstos criminales, se alcanzó por complicidades o ineptitudes de Presidentes de la República, Secretarios de Estado, Procuradores, Policías, impartidores de “Justicia”, Diputados, Senadores, Gobernadores, Alcaldes y hasta Directores de Policía Municipal.

Están documentadas y sobran las evidencias públicas para afirmar que el crimen organizado en México, nació y creció cobijado y en sociedad con Autoridades de todos los niveles.

Si el Gobierno de la República habla en serio, ¿por qué no inicia cerrando el paso a las Autoridades cómplices?.