Instancias gubernamentales del ámbito Federal y del Estado han dado cuenta de las características y alcances de los daños ocasionados por los desastres naturales ocurridos en Chiapas a principios de mes.
Después de las contingencias, en los últimos días llama la atención la “delicadeza” con que vienen dando cuenta de lo que dispusieron para el desalojo, los albergues y la reconstrucción.
Sobradamente han explicado que “ciudades rurales” es la gran estrategia para resolver estas presiones de coyuntura y todo aquello producto del atraso, la pobreza y el abandono de años.
En las horas recientes empezaron a deslizar información sobre las capacidades de las presas, sus pronósticos y el avance de las máquinas para librar “el tapón” que podría ocasionar daños aun más graves.
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