Piensa, Prensa y Pega.

26 de febrero de 2008

26 de febrero del 2008.

Algunas de las peores conductas en que incurre el ser humano o los Gobiernos, cuando sus trastornos y descomposición moral resulta ya irreversible: son la hipocresía, la simulación y las patológicas mentiras, incluidas las piadosas.

Son conductas tan reprobables que, incluso algunos grupos religiosos los llegan a calificar casi como pecados, aunque no pocos de ellos se presten para, “lavarlos, tenderlos y plancharlos”.

Reflexiono sobre esto, debido a la reciente visita de Margarita II Reina de Dinamarca, a quien los Gobiernos, Federal, Estatales y Municipales que visitó, le escondieron la realidad en que viven los mexicanos.

Cuidaron que sus ojos no se fueran a topar con miserias; mantuvieron sus oídos lejos de cualquier posible grito de inconformidad; y en general, la mantuvieron alejada de lo que es y se padece en el país.

Margarita II tuvo la seguridad y facilidad para visitar los lugares que a los Gobiernos les interesó que conociera: que se llevara la impresión de que en México la mayoría vive bien; que sintiera que se respira armonía y felicidad; que es seguro para invertir; y, que es un país necesitado y deseoso de la inversión extranjera.

Además, hacerle sentir calor festivo, admiración y entrega, casi como dicen que sucedió con Cristóbal Colón o Hernán Cortés. Sólo faltó que dispusieran los rituales, danzas, doncellas y ofrendas de aquellos tiempos.

¡Que ridículo!, Margarita de Dinamarca, sólo es una señora con “ropaje viejo” que, gracias a personas como las que la atendieron en México, con recursos públicos, ella puede todavía sentir los tratos propios de siglos viejos.

Lástima de Gobiernos, que como siervos, se acomodan para distraerla, relajarla y mimarla. Claro que se irá feliz.

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