En la sesión pública del Ayuntamiento de San Cristóbal de Las Casas, del día 25, llamó la atención la participación de Perla Delgado Ocejo, quien habló a nombre de los “jóvenes por el arte y la cultura”.
Empujados por las amenazas, hostigamientos, insultos y desalojo sufrido, por parte de la policía Municipal, llegaron a la sesión de Cabildo donde leyeron un preciso discurso que: contextualizó con elegancia y elementos el origen y evolución de la cultura, arte y oficios que defienden; explicaron su derecho y necesidad de trabajo; presentaron los testimonios que prueban su voluntad de cumplir con las leyes; y, ofrecieron pruebas fehacientes de la irracional represión sufrida.
Frente a lo sucedido, el Ayuntamiento está obligado a razonar y reaccionar, pronto: buscar una rápida solución, no cómoda salida; que resuelva, no que sólo desgaste y entretenga.
Lo dicho por el grupo reprimido, debe preocupar y sensibilizar al Ayuntamiento. No son frases de calibre menor, decir:
“venimos a pedir su apoyo como servidores públicos, y no su permiso, para que se nos garantice el incondicional respeto a nuestros derechos”.
“Los exhortamos a cumplir su palabra, de cumplir y hacer cumplir la ley”.
“No hay civilización sin cultura y arte, sin libertad de trabajo, sin libertad de expresión, sin memoria histórica, sin niñez y juventud, sin respeto al derecho”.
“El señor Presidente, constitucionalmente es un ”servidor” público y no un amo”.
“Oblíguennos…pero no a ser otros, sino a ser nosotros y creer en ustedes, en nuestras instituciones”.
“O, mátennos…pero no de hambre, no de desesperación, no de indiferencia y apatía, ni de ninguneo, racismo, prejuicios o desprecio”.
Nada faltó: sólo la respuesta del Ayuntamiento.
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