19 de Enero del 2008.

Al Gobierno y la sociedad Mexicana, deberían preocuparnos y avergonzarnos los hechos ocurridos el jueves en el norte del país. No más de 5 sujetos, sin duda, pertenecientes a la delincuencia organizada se enfrentaron a tiros con militares y policías de todos los órdenes de Gobierno.

Por no menos de 3 horas se dieron con todo, y se dijo que alrededor de 500 elementos les costó someter a los sujetos decididos a lo que fuera. Las imágenes transmitidas por las televisoras del país, mostraron como 120 niños de preescolar eran desalojados, previendo eventos mayores.

El enfrentamiento del jueves 17 da cuenta precisa y puntual de las implicaciones y dimensiones que tiene y alcanza el crimen organizado en México, donde por comisión u omisión, son responsables Gobiernos anteriores de todos los niveles, y aquellas Autoridades que hoy simulan combate frontal a los delincuentes, pero que en privado, seguramente, se dan trato de socios.

Es absurdo y estúpido imaginar que el crimen organizado pueda alcanzar estos niveles de peligrosidad, sin la complicidad de policías, algunos Presidentes Municipales, Gobernadores, Diputados, Senadores, Secretarios de Estado y por ineptitud o contubernio más de un Presidente de la República.

La situación que se vive es más grave de lo que parece, y la Federación está obligada a demostrarle a la sociedad mexicana y al mundo, pronto, que puede y que está decidida a todo.

Si para aprehender a 5 delincuentes, necesitaron 500 elementos, helicóptero, blindados, bazucas, y 3 horas, ¿Qué sucedería si el crimen organizado decidiera algo parecido y al mismo tiempo, en el norte, centro, oriente, poniente y sureste de México?.