Cuando a finales del mes de diciembre pasado, se despejó la incógnita sobre quien iba a ser el Presidente Municipal de San Cristóbal de Las Casas, y cómo quedaría conformado el Ayuntamiento respectivo, lo primero que se concluía es que los acuerdos internos serían difíciles de tejer, y que el ejercicio de Gobierno presentaría dificultades de peso y tamaño.
Cualquiera, aunque no supiera de politiquería, con facilidad opinaba que Mariano Díaz Ochoa no iba a poder ejercer el poder con la “holgura” de hace 9 años: divulgaban que, el PRD, PT, PAN, EL VERDE Y CONVERGENCIA, le darían marcaje personal; y decían que se avizoraban ásperas reuniones donde se defenderían programas, principios y proyectos.
No pocos auguraban que, considerando los antecedentes de campaña y la relativa animadversión, en los Políticos del exterior, en cualquier momento podría paralizarse todo y nacer un Consejo Municipal.
Un Consejo con gente cercana al Gobernador, con más afinidad y compromiso hacia Sergio Lobato, y lo suficientemente dócil y ciego para poder continuar los negocios y “tradiciones familiares”.
Muchos se equivocaron, en sólo 26 días del tierno Ayuntamiento, se despejaron dudas sobre sus “fortalezas y debilidades”: la mayoría resultó de pose y precio, no de principios; de monto salarial, no de convicciones, esfuerzos y soluciones; y casi todos no entienden donde están, no saben qué hacer y quien sabe si encontrarán forma digna para transitar y salir.
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